Dejé de Amarte -
Capítulo 89
Capítulo 89
Alejandro se llenó de alegría, “¿Ya despertaste? ¿Te duele algo? ¡Voy a llamar al médico!
Valentina agarró su mano con fuerza, con la voz ronca y con dificultad preguntó, “¿Y el niño? ¿Sique aqui mi hijo?”
Alejandro hizo una pausa antes de responder, “Valentina, no estabas embarazada.”
Valentina frunció el ceño, “¿Cómo es posible? No soy una experta en ginecología, pero tampoco me equivoqué al sentir los síntomas, ¡y hasta usé una prueba de embarazo!”
Recordó algo y las lágrimas empezaron a correr, “¿Es que mi bebé se perdió y tú no quieres que me entere, por eso me dices esto? Anoche, supe que algo malo le había pasado al bebé.”
Alejandro cerró los ojos antes de hablar, “Hablé con Carmen, la prueba de embarazo sí indicó que estabas embarazada, pero el ginecólogo te revisó cuidadosamente anoche y confirmó que no fue un aborto. Esa sangre era de tu período. El doctor dijo que solo hay una explicación, fue un embarazo bioquímico.”
Valentina se quedó sin palabras.
Ella, siendo médica, sabía qué significaba un embarazo bioquímico.
Significaba que el bebé no había logrado implantarse correctamente y se había perdido antes de desarrollarse, no era como un aborto común y casi no afectaba su cuerpo.
Ella había querido a ese bebé, pero no estaba destinado a ser.
Valentina cerró los ojos y empezó a llorar desconsoladamente.
Había perdido a su abuela, y ese bebé era la persona más cercana que tenía, su única esperanza y apoyo.
Ahora que el bebé se había ido, se sentía totalmente perdida.
“Valentína, acabas de tener una cirugía de reparación del bazo, llorar puede afectar la cicatrización.” Alejandro dijo seriamente, “Voy a llamar al médico para que te revise.”
Cuando Lucía llegó, Valentina estaba durmiendo.
“¡Cómo pudo pasar esto!” Lucía estaba devastada, “¿Alejandro, Valen está bien?”
“¿Qué cree?” Alejandro la miró severamente, “Si no hubiera insistido en ayudarla a huir, ¿crees que hubiera pasado todo esto? Abuela, ¿esto es lo que quería?”
Paola intervino, “Alejandro, ¿cómo puedes hablarle así a la doña? Ella solo estaba…”
“¡No es tu lugar hablar!” Alejandro la miró con frialdad, “¡Fuera de aquí!”
Paola se sobresaltó.
Aunque Alejandro solía ser reservado, nunca había sido tan duro con ella, que lo había visto crecer y ser la sirvienta personal de Lucía.
Paola rápidamente se disculpó, “Lo siento, Alejandro, fue mi error.”
“No descargues tu ira en Paola.” Lucía lo enfrentó, “Lo importante ahora es la salud de Valen. Debe estar pasando por un momento muy difícil por haber perdido el bebé.”
Lupe informó, “Doña, desde que la señora despertó y se enteró, no ha vuelto a hablar.”
Lucía cerró los ojos con tristeza, “Pobre niña.”
“Sr. Nortes.” El guardaespaidas entró, “Maximo Quintana está aquí.”
Capítulo 89
La ira de Alejandro creció, “¡Que se vaya!”
El guardaespaldas replicó con dificultad, “El Sr. Quintana dice que por favor salga un momento.”
Alejandro salió de la habitación y encontró a Maximo esperando afuera.
“¿Cómo está Valentina?”
“No es asunto tuyo.”
“No necesitas ser tan hostil, el problema ocurrió en Lamares, solo quiero ayudar.”
“No hace falta.”
“¡Alejandro!” Maximo dijo furioso, “Valentina se casó contigo, pero eso no significa que haya perdido su identidad, ¡ni que no pueda tener amigos!”
Alejandro lo agarró del cuello de la camisa, “¡Si no hubiera estado en tu casa hasta las once anoche, quizás nada de esto hubiera pasado!”
“Fue mi culpa, debí insistir en llevarla hasta su apartamento.” Maximo estaba lleno de remordimiento.
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