EI Centímetro
EI Centímetro 234

Capítulo 234

Sus palabras me hicieron visualizar inmediatamente a Jorge, y también recordé lo que Pablo había dicho ayer sobre un amigo Olivera que estaba dispuesto a invertir una buena cantidad de dinero. Lo miré fijamente y le dije: El hombre de verdad del que hablaba señor Sierra, ¿cómo es exactamente? ¿O tienes un amigo así?”

Víctor tosió ligeramente y dijo: “Eso es difícil de describir, es alguien muy masculino, con una postura firme, como si fuera… sí, así…

Señaló hacia la pantalla de la televisión del restaurante, que en ese momento mostraba noticias, una ceremonia de izamiento de la bandera. Viendo a esos porteadores de bandera, todos con una postura militar impecable, me hizo pensar de nuevo en Jorge, y sentí que Víctor insinuaba algo. ¿Era de apellido Olivera? ¿Un hombre de verdad? ¿O tal vez un linaje de soldados? Tenía que ser Jorge, ¿no?

Miré a Victor, y él estaba mirando la pantalla grande, como pensando en algo, así que de repente pregunté: Señor Sierra, su amigo se llama Jorge?”

“Este, ¿eh?” Victor me miró y preguntó: “¿Qué dijiste?”

No sabía si realmente no habia escuchado o si pretendia estar confundido.

“¿Señor Sierra tiene un amigo llamado Jorge?” Repeti.

“¿Jorge?” Victor lo repitio y negó con la cabeza: “No, ¿quién es él?”

Me sonrió, mirándome, pero pude sentir cómo esquivaba mi mirada. Le sonreí ligeramente mientras continuaba: “El hombre de verdad, el que señor Sierra describió.”

“Je.” Victor soltó una risa forzada: “En serio? Entonces, ¿cómo te llevas con ese tal Jorge? ¿Bien?”

Vi el interés en sus ojos por lo que le dije: “Parece que está muy interesado en mi amigo, ¿qué tal si un dia se lo presento?”

“Eso estaria bien, pero… ¿sera posible?” Victor parecia indeciso.

“¿Por qué no será posible?” Pregunté a propósito.

Victor sonrio dulcemente mientras decia: “Más que nada, temo malentendidos, mira, tu amigo de ayer, en cuanto me vio, se puso a la defensiva e incluso fingió ser tu novio.”

“El señor Sierra tiene un amigo de apellido Olivera, ¿cómo se llama?” Ignoré su comentario y pregunté de nuevo.

“Yo… si… “Victor tartamudeo: “Lo llamo Olivera.”

“Ah. ¿Es un hombre mayor?” Segui indagando.

La expresión en el rostro de Victor se tenso y me dijo: “No tan mayor name in

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ya en los treintas, pero aún sin novia.”

Asenti ligeramente preguntando: “¿Podría conocerlo algún día?”

“¿Eh?” Victor abrió mucho los ojos, sorprendido y algo asustado.

Sin embargo, sonrel y le dije: “El señor Sierra dijo que no tiene novia, justo como yo que no tengo novio…”

El gesto de Victor se contrajo, soltó una risa nerviosa y dijo: “No me lo esperaba, la directora Gámez es realmente directa, hasta me has sorprendido.”

Dijo eso mientras me hacía un gesto de aprobación con el pulgar.

“Es que los buenos hombres escasean, así que cuando hay uno que parece adecuado, siempre vale la pena intentarlo, como dice el dicho, la felicidad hay que buscarla.” Lo provoqué.

Victor, sin saber qué responder, simplemente asintió y asintió: “Sí, sí, realmente eres única.”

“Entonces, ¿está de acuerdo en conectarnos a su amigo Olivera y a mí?” Presioné aun más.

“De acuerdo, de acuerdo.” Victor sonrió sin alegría: “Pero primero tengo que preguntarle a Olivera, porque él… tiene a una chica que le gusta en secreto, y parece que las cosas están avanzando entre ellos.”

“Ah, ya veo.” Fingi decepción.

“Sí, así que, probablemente, él no podrá tener más interacciones contigo.” Victor usó esa excusa para rechazarme. Pero en aquel momento, mi interés por ese amigo suyo, el tal Olivera, solo crecía y no me desanimé: “Mientras no esté casado, tengo que intentarlo, quien sabe, tal vez al conocerme se dé cuenta de que soy yo la indicada.”

Dejé a Victor sin palabras.

“Señor Sierra, écheme la mano, por favor, ayúdeme a juntar a esta pareja. Se dice que hacerlo te da diez años más de vida y mucha suerte.” Dije con una sonrisa después de hablar: “Señor Sierra, espero su respuesta.”