EI Centímetro -
EI Centímetro 243
Capítulo 243
Pol quería coquetear, y yo podia fingir ceguera y no hacerle caso, pero lo de encontrarme con Mauricio no podia posponerse. Pero si él mandaba mensajes a esas horas, algo no cuadraba. Si le respondía en aquel momento, él podría tomar la oportunidad para pedir algo más, si aceptaba seria malo, y si no, temía que lo usara como excusa para hablar mal de mi con su padre. Así que lo mejor era seguir como la noche anterior, ignorándolo. Volví a la realidad y segui charlando con Virginia. No había prestado atención a lo que me dijo antes, hasta que escuché que me preguntaba: “¿Así que ya formalizaron y no hay nada más, no hay un siguiente paso?”
“¿Qué siguiente paso?” Mi mente todavía estaba un poco distraída por el mensaje de Pol.
“A lo que sigue entre un hombre y una mujer, ¿no? Obvio me refiero a eso…” Dijo Virginia con un tono algo travieso.
De inmediato entendi y le dije: “¿De qué hablas? Jorge es un hombre decente, ¿ok?”
“¿Un hombre decente no tiene deseos ni quiere contribuir al desarrollo de la especie?” Virginia lanzó una doble pregunta mortal y luego añadió con un bufido: “Sergio también era muy decente.”
Me quedé sin habla y, al parecer, Virginia captó algo, porque se apuró a explicar: “No lo digo con malicia, solo quiero decirte que cuando hombres y mujeres están enamorados, generan dopamina, potencian la secreción de adrenalina y despiertan ciertos deseos.”
“Mira, si un hombre realmente te ama, sentirá la urgencia, querrá estar contigo en ese sentido. Si no lo hace o se contiene demasiado, es muy probable que no te ame de verdad.” Virginia analizó el amor usando su conocimiento médico.
Pensé en los años que pasé con Sergio, aunque éramos conocidos como pareja, lo más intimo que habíamos hecho era tomarnos de la mano o darnos un abrazo. Al parecer él nunca tuvo ese tipo de pensamientos hacia mi Antes pensaba que me respetaba o que era un verdadero caballero, incluso si dudaba, era porque pensaba que tal vez yo no era lo suficientemente atractiva. En ese momento y con el análisis de Virginia, comprendí que Sergio no me amaba lo suficiente.
Cierto, Sergio también había dicho que no estaba interesado en mí, porque éramos demasiado cercanos.
“Cami, ¿Jorge no tiene ese tipo de intenciones, o es que se aferra a ti y no quiere que te vayas de su lado?” Preguntó Virginia.
Recordé el momento en el umbral con Jorge, cuando estábamos abrazados sin querer separarnos.
“Claro que los tiene, ¿cómo no? Pero todo a su tiempo y con respeto.” Expliqué.
Tonterías!” Virginia soltó una palabrota: “Si un hombre te ama de verdad, hasta los huesos, desearia fundirse contigo, ser uno solo contigo.”
Sus palabras me dejaron con la garganta seca, así que avancé para tomar un sorbo de agua preguntándole: “¿En serio? Pues la verdad es que no sé mucho de estas cosas, parece que la doctora Virginia si sabe un monton.”
Virginia detectó mi sarcasmo y me dijo: “Lo digo por tu bien, no quiero que pierdas otra oportunidad. Jorge es un hombre integro y firme, pero podrías tomar la iniciativa.”
“Eh…”
Las palabras de Virginia me dejaron atónita, básicamente estaba animándome a tomar cartas en el asunto de una manera más directa.
Vire los ojos sin saber qué decir, pero al final le pregunté: “¿Por qué no puedo tener un amor puro y verdadero, sin tener que seducir al otro?”
“No es eso, es que hombres como Jorge son muy cotizados, si tú no tomas la iniciativa, alguien más lo hará.”
Escuchando a Virginia, me di cuenta de cuánto se ‘preocupaba‘ por mi futuro amoroso.
“Cami, hay algo que deberías saber, un hombre que quiere llevarte a la cama no necesariamente te ama, pero un hombre que te ama, definitivamente querrá llevarte a la cama.” Virginia resumió con una frase que lo decía todo.
Después de lo vivido con Sergio, ¿cómo no iba a entenderlo?
“Pero el verdadero amor, no es solo amar, el cuerpo de alguien.” Compartí mi opinión. “El deseo es parte de la naturaleza humana.” Virginia continuó dándome consejos. No había pensado tanto en ello, pero las palabras de Virginia me hicieron recordar las veces que Jorge y yo estuvimos solos, y nada pasó. Yo, una mujer tan atractiva, y él, claramente interesado, pero sin dar el paso. En aquel momento que lo pensaba y analizaba, era algo raro, ¿acaso me había encontrado con otro hombre que fingía amar? ¿Sería posible que tuviera tan mala suerte?
Al llegar a ese punto, crei necesario poner a prueba a Jorge, pero no podía actuar como me lo había sugerido Virginia, ¿o sí?
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