Capítulo 227

Sebastian dijo, “Sube al auto“.

Femanda se sentó en el asiento del copiloto, pero Sebastián no arrancó el auto de inmediato. En cambio, guardo silencio por un momento antes de decir. “La abuelo solo teme que no estés realmente interanda en mi“.

“Lo s

Femanda no em ninguna tonta

La famiba Luján em de origen modesto, y con la exigente que era la abuela Borrego, ¿cómo iba a aprobarla?

Simplemente pensaba que Femanda habia sido desobediente últimamente, así que estaba usando a Delfina para provocarla.

La familia Luján aún dependia de la familia Borrego para ganar dinero, naturalmente estaban más que dispuestos a enviar a su hija

“Si no te ograda, puedo encontrar una manera de hacerla Irse“.

Femanda respondió con indiferencia: “Ella no representa ninguna amenaza para ml, no tengo miedo de que se quede“.

Viendo la actitud despreocupada de Femanda, Sebastián funció los labios y extendió la mano para abrocharle el cinturón de seguridad a Femanda.

Noto claramente el movimiento instintivo de Femanda al esquivar Su mano se detuvo, luego procedió con aún más cuidado.

‘Tienes miedo de mi

“No es asi“.

Femanda respondió con firmeza

¿Por qué me evitas?”

También esta mañana.

Realmente no entendia que había hecho para que Fernanda de repente tuviera tanto miedo de estar en contacto con él.

Femanda funció el ceño: “Estas pensando demasiado, solo no estoy acostumbrada, no hay otro motivo“.

“No importa, te haré acostumbrarte poco a poco“.

Sebastián manejo el auto, y Fernanda se dio cuenta de que esta ruta no llevaba a Grupo Borrego.

Femanda pregunto, dándose cuenta tarde: “¿A dónde vamos?”

Vamos de compras“.

“Sebastian,

, con la situación actual de Grupo Borrego, ¿no deberías estar en la oficina manejando asuntos en lugar de llevarme de compras?”

Femanda pensó que habia oido mal.

Recientemente, la presión de Compañia Global Andina sobre Grupo Borrego habia alcanzado un nivel sin precedentes.

Sebastian realmente no debería tener tiempo para salir.

E

Justo en ese momento, el teléfono de Sebastian comenzó a sonar y en la pantalla del auto mostraba que era Carlos,

Sebastian colgó directamente la llamada.

Después de un rato, Carlos volvió a llamar, pero esta vez Sebastián apagó el teléfono.

Al ver esto, Femanda dijo friamente: “Detén el auto“.

“¿Qué pasa?”

Femanda repitió: “Parquéate al lado“.

Sebastián guardo silencio, pero esta vez, parqued el auto a un lado.

Fernanda dijo: “Si tienes tmbajo, entonces ve. No necesitas llevarme de compras“.

“Solo tengo tres meses de tiempo, no quiero desperdiciarlos“.

Sebastián miraba a Femanda y esos pjos contenían una profundidad de sentimiento que ella nunca habla visto antes, sin rastro de falsedad.

Femanda

a volvió en si: “Aunque no quieras desperdiciar el tiempo, deberias…”

Antes de que Fernanda pudiera terminar Sebastián de repente extendió su mano para sostener su rostro.

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