Capitulo 291

En el oscuro y sofocante sótano, Lorena apenas habia estado ahi por tres horas y ya se sentia al limite.

Déjenme salt, déjenme salir

Lorena golpeaba frenéticamente la puerta del sótano, pero ningún sonido lograba traspasar esos muros

Después de un rato, la puerta del sótano se abrió, y Lorena vio un rayo de luz penetrar, antes de poder alegrarse, vio a Feliciana.

Feliciana, después de varios días de tortura, estaba al borde del colapso psicológico, y al ver la habitación oscura, su cuerpo reaccionó con repulsión y miedo, retrocediendo.

“No quiero, no quiero!”

Feliciana retrocedia sin parar, peso fue arrojada sin piedad al interior,

“Ah!”

Lorena se sobresaltó al sentir que Feliciana se movia hacia ella.

Lorena, aterrorizada dijo: “¿Qué van a hacer? Estoy embarazada del hijo de Sebastion! ¡No pueden tratarme asi

Apenas Lorena terminó de hablar, Sebastián entró

Al verlo, Lorena sintió que habla encontrado su salvación, y corrió hacia él: “Sebastián, Sebastián, finalmente viniste a verme! Escúchame, puedo explicarte

“No hace falta“.

La voz de Sebastian era mas fria y

y distante que nunca.

Lorena levantó la vista y vio a Sebastián agacharse, su mirada estaba llena de frialdad.

Él tomó su mandibula, giro suavemente el rostro de Lorena y dijo: “Lorena, has usurpado una identidad y has asesinado a tu amiga, todo eso ya lo he descubierto“.

Elaire parecia haberse congelado con esas palabras,

Lorena abrió la boca, pero no logró articular palabra

Sebastian lo sabia, él lo sabía todo.

“Yo, yo no lo dije, no fui yo quien lo dijo!”

Feliciana negaba con la cabeza desesperadamente al lado.

Durante estos dias encerrada en la caja oscura, casi colapsa por la tortura, pero se mantuvo firme sin confesar, Sebastian to habia descubierto pos

cuenta.

Lorena se sintió completamente drenada, sin fuerzas ni para moverse.

“Se Sebastián….

“Si te atreves a matar, ¿qué no te atreverías a hacer?”

La mirada de Sebastián era como la de un cuchillo afilado, como si quisiera despedazarla viva.

Con frialdad, Sebastian dijo: “Si no fuera porque Fernanda cayó al mar y Fabio la salvo, ¿planeabas engañarme toda la vida y usar al niño en tu vientre para entrar a la familia Borrego?”

“Yo, yo…

Lorena estaba tan aterrorizada por la mirada de Sebastián que no encontraba palabras para responder.

Vaya, Lorena, qué astutamente has jugado tus cartas“.

Sebastián se puso de pie y le dijo a Carlos: “Llévalas a la estación de policia, que la policía se encargue”.

“Si, Sr. Borrego“.

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