CAPÍTULO 17

TE VAS.

Después de una semana, el palacio estaba tenso, Samir había enviado algunas notificaciones de que estaba resolviendo el problema, y a últimas instancias, Hakim había tenido que ir a apoyar.

-Señora como frey no está… pregunta el asistente si envía a colocar la mesa principal para todos.

Rania estaba cargando a su bebé cuando se lo pasó a Laya.

-Claro, ¿los encargados están trabajando?

El asistente asintió.

..

-Sí, señora el guardia de seguridad se fue con su esposo ayer por la mañana, pero no sabemos cuándo

retornen.

Rania asintió.

-Me reuniré en breve con ustedes, y anuncien a todos sobre la cena.

El asistente asintió, y se retiró del salón.

-Se ve demasiado valiente… -Rania le sonrió a Laya.

-No he podido tener la cercanía que quiero con Hakim, pero haré cosas en su ausencia también.

Laya asintió maravillada, y Rania salió dejando a su bebé a su cuidado.

Ella caminó por los pasillos del palacio, durante esta semana se había acostumbrado a ser más independientes, y prontamente, llegó a un salón enorme, donde había una mesa de reuniones muy larga.

Había algunos ministros reunidos, comisionados que vio hablando con Akim, el asistente general, la madre de Hakim, y… Yassira.

Ella entró sin que le dieran el permiso y todos se levantaron en señal de respeto.

-Bienvenida, señora Rania….-Uno de los ministros dijo, y ella asintió.

-¿Se perdió? -Yassira alzó la voz en son de pregunta y Rania observó a la madre de Hakim que la miraba en

silencio.

-No… mi esposo está ausente, y me gustaría saber cómo está además de saber un poco más sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Me sentaré cerca.

-Por supuesto señora… -el ministro volvió a decir-. El rey está en Batina. Ya se vio con el príncipe, había una tensión grande, pero su presencia ha vuelto todo a la normalidad…

Miró a Yassira.

-Era de esperarse, la presencia de mi esposo es más que suficiente para resolver un conflicto.

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Todos la miraron impresionados, y Zulema frunció el ceño como si la desconociera.

-Lástima que el príncipe no dio la talla, pero gracia a Alá contamos con nuestro rey…

La mirada asesina de Yassira se descuadró en ella, y Zulema achicó los ojos.

-Gracias a Alá, mi señora……

Más asuntos del palacio siguieron desarrollándose, y la reunión terminó en una guerra de miradas hacia

Yassira.

Sin embargo, cuando todos los ministros se retiraban, intenté hablar con el asistente.

-¿Puedo hacerle una pregunta? -la gente terminó de salir, inclusò Yassira, y se quedó junto algunos guardias y el asistente personal del palacio.

Él asintió dejando sus carpetas en la mesa.

-Claro, señora, Rania…..

-Ammm… sé que he estado un poco alejada de todos los asuntos políticos del palacio, pero me interesó el último tema…..

Él frunció el ceño.

-¿El centro de aldeas? -Afirmó-. No sé si el Emir esté de acuerdo.

-Por supuesto, lo hablaré con él… me gustaría participar.

El hombre parpadeó varias veces sin saber qué decir, pero at final asintió.

-Claro–Rania le sonrió, pero antes de marcharse se devolvió.

-Soy olvidadiza… ¿Su nombre es?

-Zulam, mi señora, ya nos hemos visto muchas veces…..

Rania apretó los dientes.

-Siento olvidarlo.

Y por fin el hombre le ofreció una sonrisa.

Necesitaba ganarse a la mayor gente del palacio.

Decidió ir a su habitación, y le prestó atención a su bebé durante casi todo el día, sin ignorar que debía volver con todas sus fuerzas en una cena por la noche.

Sin Samir, y sin Hakim en la mesa, y estaba segura, sería todo un campo de batalla.

-Insisto mi señora, ándese por las ramas… -Laya le dio los últimos toques, y usó un perfume que olía

delicioso.

-Si voy a convencer a Hakim, no solo debo hacerlo con mis palabras. Necesito hacer cosas aquí Laya. Y créeme que tengo que poner en marcha la investigación de Yassira.

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+15 BONOS

Rania se despidió de su bebé, y se alegró de tener a Laya a su lado. Le encantaba vivir en los aposentos del rey, y siempre había guardias a su alrededor todo el tiempo, escoltándola a donde quisiera dentro del palacio.

Ella se tomó el tiempo, y se presentó en el comedor principal, notando que estaban todos, a excepción de Samir y Hakim, y también de Zulema.

Ella se frenó un poco al ver a la madre de Rania. Hadara, a la que le había huido por mucho tiempo, porque lo cierto era que podia descubrirla.

-Buenas noches–Rania caminó mientras el silencio se instauró-. Sirvan la comida…

Notó a Adilá que alzaba la ceja, la segunda esposa de Samir, Yassira, y su madre.

-El rey está en Batina el príncipe está a salvo y…

..

-Ya todos saben eso, estuve en la misma reunión que tú… -Yassira la cortó y Rania sintió que el rostro se le puso caliente.

-Y todos deben saber, Yassira, que no me pueden interrumpir cuando hablo…

Adilá abrió la boca en una gran o.

-Rania… ella expresó como si estuviese aturdida-. Sabemos el poder que tienes en este palacio, pero eres

una esposa como nosotras… siempre lo has sido.

Y Rania soltó los cubiertos para sonreírle.

-¿Adila? -lo preguntó como una ofensa-. Lo siento, me había olvidado de ti… y no querida, no solo una esposa… soy la esposa del rey… y estemos claras, la madre de su heredero.

-Parece que el parto te dio uñas de gato, querida Rania…

Rania quería levantarse y tomarla del cuello, pero apretó sus manos, y pasó un trago.

-Adilá levántate de la mesa… -lo dijo con toda la calma del mundo.

-¿Qué? -Adilá miró a Yassira.

-¿De qué estás hablando? -Yassira refutó, y Rania se levantó.

-Levántate de la mesa, Adilá… -la mujer estaba al borde de su respiración agitada.

-Rania.

-Ahora Rania señaló la salida-. Hasta que no respetes mi presencia, no volverás aquí, al menos que el

mismo rey te lo permita…

Adilá no se levantó, solo miraba a Yassira.

-Guardias uno que otro llegó-. Decide Adilá o te comportas y me respetas, o no vuelves a esta mesa…

Adilá temblaba completamente, se levantó y tomó el brazo duramente de la segunda esposa, Sahar, y le susurró algo.

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-No, ella se queda… retírate, hazlo, al menos que te disculpes…

Ella no alzó la voz, todo lo hizo sin escándalos, y Adilá miró a los guardias que se pusieron firmes.

-Yassira… -Adilá dijo hacia Yassira, pero esta no se inmutó, y no le dio de otra que salir del comedor

principal.

Rania se sentó asintiendo hacia los guardias y agradeciéndoles, y luego puso la servilleta en sus piernas.

-La cena está deliciosa… ¿No es así? -preguntó al resto de mujeres, y su madre le dio una gran sonrisa, pero Rania le quitó la mirada.

Sabía que ella tendría consecuencia de esto, pero estas mujeres no sabían lo que en realidad les esperaba…

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