Renaciendo como la esposa del PADRE DE MI MARIDO -
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 7
¿QUÉ CLASE DE PERSONA ERA?
Zahida se encontraba inmóvil, con la mente en un torbellino, tratando de asimilar la impactante revelación que le había proporcionado el espejo. Rania, esa mujer que ahora veía en el reflejo, era el nombre que resonaba a su alrededor y en cómo todos la veían.
Pero la pregunta que más martirizaba sus pensamientos, era ¿Cuánto tiempo había pasado desde el momento en que había saltado?
El bebé en sus brazos era una manera de entender, al menos nueve meses y se agitó con los ojos nublados. Era como si esta mujer hubiese muerto dando a luz, y ella hubiese revivido en su cuerpo.
Literalmente era algo como eso.
Las criadas, aun temblando por la impresión, limpiaban apresuradamente la habitación, evitando mirar directamente a Zahida. Entre susurros y gestos rápidos, parecían haber decidido mantener distancia.
Zahida apretó al bebé como si fuese lo único que la centrara en medio de tanta confusión, porque la imagen del espejo destrozado aún flotaba en su mente, revelando la verdad que temía enfrentar.
Ella era….. Rania, la mujer a quien el Emir se refería, no era otra que ella misma. Zahida se encontraba en el cuerpo de otra mujer, viviendo una vida que no era la suya.
-Mi señora, hemos limpiado… -Una criada dijo con el rostro gacho-. El médico nos dijo que la bañáramos … y visitaremos, luego tomaremos el bebé para que usted descanse… -aun la mujer no levantaba a mirada.
Y Zahida pensó rápidamente.
-¿Ustedes? ¿Pueden buscar a una criada por mí?
Las tres mujeres se miraron entre ellas, y una se adelantó.
-Pero haremos esto lo mejor posible, por favor, denos una oportunidad…
Zahida arrugó el ceño y negó.
-No me refiero a eso… necesito contactar a una criada que… -Ella se frenó en seco y, supo que no era
posible en este momento.
Si quería encontrar a Laya, debía hacerlo ella misma. Sin embargo, su condición no era la mejor, y tuvo que
tener paciencia.
-Bien… haremos lo que el médico dijo. Las mujeres seguían con esa actitud de miedo, no la miraban en ningún momento, y una de ellas se encargó del bebé, mientras las otras ayudaban a Zahida, para preparar el
baño.
Zahida notó que esta habitación era muchísimo más grande que la suya anterior, y que había un baño lujoso, y muy espacioso, que no se comparaba a lo que había tenido antes.
Enormes espejos estaban a su alrededor, y cuando se desnudó, no pudo evitar ver su figura, su cabello largo,
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Apenas tenía un bulto en su vientre, y luego escuchó cómo la criada dijo:
-No se preocupe… volverá a la normalidad…
Zahida volvió a arrugar el ceño y negó.
-Es normal, acabo de tener un bebé… -La criada parpadeó lentamente, y luego sacudió la cabeza para ayudarla a meterse a la tina, cosa que Zahida agradeció enormemente.
Le dolía su centro, y el agua, con aromas exquisitos, la tranquilizaron por el momento.
Dos mujeres la bañaron, y colocaron todo tipo de cremas en su cabello, Zahida pudo pensar que estuvo una hora completa en este ritual, y luego notó un conjunto estilizado de pantalón y blusa de vestir en su cama, como si fuese a salir.
-La acompañaremos a caminar…
-Pero acabo de dar a luz, necesitaría un reposo… y estar con el bebé…
Las mujeres se quedaron congeladas sin saber qué decir, y Zahida prontamente pensó que, de seguro, Rania era muy diferente a su comportamiento, y eso debía ser la impresión de todos a su alrededor.
-Señora Rania…… por la noche la familia real visitará al bebé… y estoy segura de que usted querrá estar radiante… sobre todo porque el hijo del rey estará presente…
A Zahida se le aceleró el pulso y pasó un trago cuando la ira volvió a su cuerpo.
-Entonces por la noche me arreglaré, por ahora, voy a descansar y me quedaré con el bebé…
Las mujeres volvieron a mirarse, y una de ellas le pasó al bebé después de vestirse, pero Zahida sintió que no sería prudente preguntar cómo se llamaba.
Samir era igual a su madre, pero este niño, era idéntico al Emir. Su cabello era rubio, y su piel era tan blanca que podían verse sus venitas.
Zahida estaba concentrada detallando a este bebé que… de cierta forma era suyo y sonrió con naturalidad cuando le dio un beso en la frente.
Era la tarde cuando los toques en la puerta resonaron, y ella volvió la cabeza, al ver que una mujer mayor, mucho más que la de la mañana, que, a pesar de su cabello canoso, parecía muy elegante.
-Déjennos solas. Las criadas cerraron las puertas y Zahida se acomodó, dejando al bebé dormido en la
cama.
-Rania la voz de la abuela era severa, y Zahida asintió con respeto-. A pesar de mi opinión sobre ti, debo agradecer por traer a mi nieto al mundo…
Zahida frunció su ceño, y pasó un trago.
¿Era la madre del Emir?
La mujer caminó unos pasos, y se acercó a la cama para ver al bebé.
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-Omar… -Zahida parpadeó. Ese era el nombre de… su hijo-. Es igual a Hakim….. es idéntico….. Alá lo ha
bendecido…
Zahida sonrió, pero inmediatamente la mujer se puso seria.
-A pesar de tener malas mujeres, Alá ha bendecido a Hakim con este niño…
¿Malas mujeres? Ella se preguntó.
-Debes estar feliz… pero mi Hakim es miserable con tu actitud…
-¿Qué?
La mujer sonrió.
-Es claro que la belleza no tiene nada que ver con el alma… Y si pongo en una balanza a Yassira y a ti, creo que no puedo lograr ver una diferencia… y gracias a Alá que no tienes intensión de criar aʼmi Omar…..
Zahida respiró de forma agitada, y se preguntó ¿Qué era todo esto?
Era muy notable que las miradas de este palacio hacia Rania, o le temían, o la despreciaban, así que también recordó la mirada del Emir, y ella pasó un trago grueso.
¿Qué clase de persona era Rania para recibir estas palabras tan duras? Y sobre todo. ¿Por qué el Emir era infeliz con su actitud?
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