Capítulo 28 Compórtate

En ese momento, Victoria ya tenía puesto su pijama y estaba por dormirse. Ella no permitió que su rutina se viera afectada por el mal humor ya que iba a enfrentarse a un gran problema si decidía continuar con el embarazo. Por eso, debía conservar su energia y prepararse para pelear. Se acostaria aunque no pudiera dormir, pero, comenzó a sonarle el celular. Miró la pantalla y, al ver que era Alejandro, se sorprendió. Acababa de discutir con él y, cuando se marchó, ella asumió que iba a ir a buscar a Claudia. Por eso también, se extrañó tanto al ver que la estaba llamando. Cuando estaba a punto de responder, recordó cuando él le pidió a Claudia que la llamara. Quizás va a informarme lo mismo de la otra vez. Victoria no quería contestar por ese motivo, pero lo hizo porque el teléfono no paraba de sonar.

Escuchó una voz masculina que no reconocía y, después de un instante, se puso de pie, se cambió de ropa y fue a buscarlo. Era de noche y el clima era frío; como resultado, se encogió en cuanto salió.

Todos estaban durmiendo, así que no llamó al chofer, sino que fue ella al garaje con las llaves. Mientras conducía, recordaba lo que le había dicho Norberto.

Parece que Alejandro no se encuentra bien; por favor, ven cuanto antes.

¿Por qué Alejandro no está bien? ¿Su actitud posesiva lo afectó?». La joven no imaginaba que él solo quería embriagarse y, además, comenzó a pensar de manera errónea. «¿Alejandro se comportó de ese modo extraño porque estaba celoso? No, él ama a Claudia, ¿cómo va a estar celoso de mi? Debe creer que ataqué su masculinidad y por eso actuó de ese modo-. Mientras

ma luz la encandiló y giró con rapidez a un lado; bajó la velocidad y se detuvo. Luego,

endida y se apoyó sobre el volante. «Eso fue muy peligroso.

embestido a ese auto si no reaccionaba a tiempo. Luego de calmarse, continuó su ..ra asegurarse de llegar sana y salva, dejó de pensar y condujo con cautela; en poco llegó al bar que Norberto le había mencionado. Aunque era de noche, había muchas jas abrazadas y besándose en los autos.

Victoria encontró un lugar para estacionar y bajó de inmediato del auto para ingresar al lugar, ya que no podía estacionar en la puerta. No obstante, cuando estaba a punto de ingresar, vio a una persona que le resultaba familiar, corriendo por la carretera; al prestarle atención se dio cuenta. de que era Claudia. Ella no la vio e ingresó de inmediato al bar al mismo tiempo que sujetaba con fuerza su bolso.

Comprendía por qué Claudia estaba alli. -¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Acaso vine para que se burlen de mi?». Victoria no logró moverse y permaneció de pie allí; luego de un tiempo, vio a algunas personas conocidas en la entrada. La joven se escondió en cuanto las vio.

-¿Qué sucedió? ¿Por qué comenzaste a beber tanto? ¿Por qué no lo detuviste, Waldo?

Claudia y Waldo sacaron a Alejandro del bar y Norberto los seguía detrás con una expresión de calma. Waldo estaba molesto porque ella lo culpaba.

-Intenté detenerlo, pero sabes que nunca nos obedece. Si hubieras estado aqui, lo habrias

detenido y él te habría escuchado.

-Alejandro, eres un adulto. ¿Por qué bebiste tanto?

La ayudaron a subirlo al auto mientras que Victoria permaneció escondida y observó la escena. De repente, Alejandro, aún ebrio, tuvo un presentimiento y le agarró la muñeca delgada a la mujer.

-N-no te v-vayas.

-De acuerdo, está bien-dijo sorprendida mientras le daba una palmada en el hombro-. No me iré, pero compórtate.

Victoria ya no soportaba mirar esa escena y apretó los dientes; se arrepentia de haber ido al bar humillarme, esa noche. «No debería haberle respondido el teléfono; en lugar de venir aquí para tendria que haberme quedado acostada. No sé por qué hago esto. ¿Tengo que permitir que los demás me decepcionen para rendirme y dejar a Alejandro?». Victoria se alejó con una expresión indiferente. Dejó de observarlos, por lo que no vio cuando Alejandro le alejó la mano de manera abrupta a Claudia; él en verdad la empujó con fuerza.

La mujer perdió el equilibrio y casi se cayó al suelo, pero Waldo se apresuró a ayudarla y la sujetó.

-¿Estás bien, Claudia?

Estaba sorprendida y no recobraba los sentidos. ¿Alejandro acaba de despreciarme?», pensó. -No, intentó alejarse, no lo hizo a propósito, ¿verdad?». Se puso de pie y miró a Alejandro, que tenía los ojos entrecerrados y el ceño fruncido y apestaba a alcohol.

Aunque la avergonzó frente a Waldo y a Norberto y estaba desarreglada, ella se acomodó el cabello con calma y forzó una sonrisa.

-Creo que ha bebido demasiado, ni siquiera sabe quiénes somos.

En cuanto dijo eso, Alejandro le habló a su amigo.

-Norberto, illévame adentro!

Todos permanecieron en silencio. Claudia pensó que Alejandro la empujó porque no la reconoció al estar ebrio; como resultado, no pudo evitar sentirse avergonzada al escucharlo. Waldo no podía creerlo y consoló a Claudia en voz baja al verla desanimada.

-No le des demasiadas vueltas, Claudia. Ale ha bebido demasiado y no te ha reconocido, pero si le dices tu nombre, lo hará.

-¡Norberto Oliarte! -exclamó Alejandro en ese momento.

-Yo me encargo de él; tú deberías llevarte a Claudia -dijo Norberto y se acercó a su amigo.

-Alejandro está ebrio, ¿podrás solo? -preguntó.

-Puedes llevarlo a mi casa -sugirió Claudia.

Al escucharla, ambos hombres hicieron una pausa y la miraron mientras que ella solo sonrió.

-Está muy ebrio, así que alguien debe cuidarlo. Yo me encargaré de él; pueden llevarlo a mi casa.

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