ó hacia los escalones.

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Capítulo 90 ¿Cómo vas a explicarlo?

Solo cuando la frente de Claudia estuvo a punto de entrar en contacto con los escalones, se dio cuenta de que la situación se había salido de control. Solo quería caerse, no lastimarse el rostro. En el momento más crítico, se cubrió el rostro con las manos de manera inconsciente, pero igual se lastimó bastante. Todos escucharon el ruido sordo cuando se golpeó contra los escalones.

-¡Claudia!

Sus amigas volvieron en sí y corrieron a ayudarla. Las personas en la sala privada también llegaron en ese momento. Victoria estaba inmóvil en el lugar y permaneció en la misma postura. Se miró la mano y entrecerró los ojos. Ni siquiera la toqué. ¿Cómo se cayó? ¿Se dobló el tobillo o algo así?. Justo entonces, se escuchó que una persona preguntó con desdén:

-¿Qué sucedió?

Al escuchar esa voz, Victoria pareció darse cuenta de algo. Alejandro y Bautista llegaron al mismo tiempo. Cuando Alejandro vio que Victoria estaba despeinada, su expresión cambió mientras la volteaba para que lo mirara de frente.

-¿Te hizo daño?

Victoria se sobresaltó y miró al hombre con incredulidad. «¿Fui la primera que vio cuando llegó? Siempre crei que solo se preocupaba por Claudia. ¿A eso se referia Norberto cuando me dijo que lo sintiera con el corazón?». Antes de que pudiera reflexionar al respecto, alguien exclamó:

-Alejandro, Claudia está sangrando!

Victoria levantó la mirada de manera inconsciente y se encontró con la mirada sombria de Alejandro. El también la observaba fijo, pero de manera contrariada. Ella frunció los labios y guardó silencio. «Veamos qué hará. Esta vez, descubriré si soy importante en su corazón. Mientras se encontraba sumida en sus pensamientos, sintió que él le soltaba los hombros. Se le dilataron las pupilas y le dio un vuelco el corazón, luego, les dio un vistazo a las manos del hombre. Alejandro se percató de su mirada y frunció los labios.

-Ella está herida. Tengo que ir a verla susurró como si hubiera tomado una decisión.

Allí está. No soy tan importante para él después de todo. Victoria hizo una mueca casi imperceptible que sirvió como respuesta. Alejandro frunció el ceño ante su reacción, así que le apretó el hombro y dijo entre dientes:

-Espérame.

En el siguiente instante, soltó a Victoria y ella lo observó acercarse a Claudia. Encorvó los hombros como si no tuviera energía para soportar el peso. Justo entonces, sintió un par de manos que la tomaron de los hombros. Victoria se dio vuelta sorprendida. Bautista percibió con sensibilidad el dolor detrás de la mirada de la mujer, por lo que se acomodó los anteojos con calma y le dedicó una sonrisa.

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Capítulo 90 ¿Cómo vas a explicarlo?

Solo cuando la frente de Claudia estuvo a punto de entrar en contacto con los escalones, se dio cuenta de que la situación se había salido de control. Solo quería caerse, no lastimarse el rostro. En el momento más crítico, se cubrió el rostro con las manos de manera inconsciente, pero igual se lastimo bastante. Todos escucharon el ruido sordo cuando se golpeó contra los escalones.

-¡Claudia!

Sus amigas volvieron en sí y corrieron a ayudarla. Las personas en la sala privada también llegaron en ese momento. Victoria estaba inmóvil en el lugar y permaneció en la misma postura. Se miró la mano y entrecerró los ojos. «Ni siquiera la toqué. ¿Cómo se cayo? ¿Se dobló el tobillo o algo así?. Justo entonces, se escuchó que una persona preguntó con desdén:

-¿Qué sucedió?

Al escuchar esa voz, Victoria pareció darse cuenta de algo. Alejandro y Bautista llegaron al mismo tiempo. Cuando Alejandro vio que Victoria estaba despeinada, su expresión cambió mientras la volteaba para que lo mirara de frente.

-¿Te hizo daño?

Victoria se sobresaltó y miró al hombre con incredulidad. «¿Fui la primera que vio cuando llegó? Siempre crei que solo se preocupaba por Claudia. ¿A eso se referia Norberto cuando me dijo que lo sintiera con el corazón?». Antes de que pudiera reflexionar al respecto, alguien exclamó:

-¡Alejandro, Claudia está sangrando!

Victoria levantó la mirada de manera inconsciente y se encontró con la mirada sombría de Alejandro. El también la observaba fijo, pero de manera contrariada. Ella frunció los labios y guardó silencio. Veamos qué hará. Esta vez, descubriré si soy importante en su corazón». Mientras se encontraba sumida en sus pensamientos, sintió que él le soltaba los hombros. Se le dilataron las pupilas y le dio un vuelco el corazón, luego, les dio un vistazo a las manos del hombre. Alejandro se percató de su mirada y frunció los labios.

-Ella está herida. Tengo que ir a verla -susurró como si hubiera tomado una decisión.

-Allí está. No soy tan importante para él después de todo-. Victoria hizo una mueca casi imperceptible que sirvió como respuesta. Alejandro frunció el ceño ante su reacción, asi que le apretó el hombro y dijo entre dientes:

-Espérame.

En el siguiente instante, soltó a Victoria y ella lo observó acercarse a Claudia. Encorvó los hombros como si no tuviera energía para soportar el peso. Justo entonces, sintió un par de manos que la tomaron de los hombros. Victoria se dio vuelta sorprendida Bautista percibió con sensibilidad el dolor detrás de la mirada de la mujer, por lo que se acomodo los anteojos con calma y le dedicó una sonrisa.

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-¿Estás bien?

Victoria se limitó a fruncir los labios en respuesta. En el siguiente instante, un grito ahogado le llamó la atención. Claudia se cubrió la frente con las manos mientras la sangre fluia entre sus dedos; la sangre contrastaba con su tez clara. Victoria frunció el ceño cuando vio tanta sangre, no esperaba que la mujer estuviera tan herida.

-¡Victoria empujó a Claudia! -gritó alguien de repente.

En ese instante, todos desviaron su atención hacia Victoria. Mientras estaba al lado de Claudia, Elena la miró con resentimiento.

-Sí, así fue. Claudia fue a hablar con ella, pero la empujó. ¡Por eso Claudia se cayó contra los escalones!

Al escucharla, aquellos que iban de la sala privada recordaron haber visto a Victoria con la mano extendida. Empujó a Claudia? Es bastante despiadada si hizo eso-. Todos miraron con cautela a Victoria, que permanecía sin inmutarse. Alejandro levantó a Claudia del suelo y dijo de manera

sombria:

-Luego investigaremos este asunto. Primero, llevémosla al hospital.

Pasó junto a Victoria con Claudia en brazos mientras que sus amigas fueron tras ellos. Cuando pasaron junto a Victoria, Elena dijo de manera engreida:

-Veamos cómo vas a explicar esto. Se marchó tambaleándose después de burlarse de ella.

Aquellos que estaban en la sala privada intercambiaron miradas de vergüenza. Era una fiesta de bienvenida para Bautista. pero todo terminó en un desastre. Por lo tanto, se disculparon con él. que les dijo con amabilidad que estaba bien. Les pidió que fueran a casa y que se reunieran en otra ocasión. Después del accidente, ya no estaban de humor para una fiesta, asi que se fueron a sus respectivos hogares. Después de que se marcharon, Victoria se dio vuelta para irse; sin embargo, Bautista extendió la mano para detenerla y dijo:

-Te llevaré a casa.

Ella le apartó la mano.

-Gracias, pero no es necesario.

Ignoró la reacción de Bautista y siguió adelante. Cuando dobló por una esquina, vio a Norberto de pie solo. En el momento que sus miradas se encontraron, él pareció dudar en hablar. Victoria le esbozó una sonrisa y susurró:

-Me voy. Nos volveremos a encontrar si hay otra oportunidad.

Norberto se tragó sus palabras y asintió con dificultad.

-Por su puesto. Mantente a salvo.

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-¿Estás bien?

Victoria se limitó a fruncir los labios en respuesta. En el siguiente instante, un grito ahogado le llamó la atención. Claudia se cubrió la frente con las manos mientras la sangre fluia entre sus dedos; la sangre contrastaba con su tez clara. Victoria frunció el ceño cuando vio tanta sangre, no esperaba que la mujer estuviera tan herida.

-¡Victoria empujó a Claudia! -gritó alguien de repente.

En ese instante, todos desviaron su atención hacia Victoria. Mientras estaba al lado de Claudia, Elena la miró con resentimiento.

Si, asi fue. Claudia fue a hablar con ella, pero la empujó. ¡Por eso Claudia se cayó contra los escalones!

Al escucharla, aquellos que iban de la sala privada recordaron haber visto a Victoria con la mano extendida. -¿Empujó a Claudia? Es bastante despiadada si hizo eso-. Todos miraron con cautela a Victoria, que permanecia sin inmutarse. Alejandro levantó a Claudia del suelo y dijo de manera sombria:

-Luego investigaremos este asunto. Primero, llevémosla al hospital.

Pasó junto a Victoria con Claudia en brazos mientras que sus amigas fueron tras ellos. Cuando pasaron junto a Victoria, Elena dijo de manera engreida:

-Veamos cómo vas a explicar esto. -Se marchó tambaleándose después de burlarse de ella.

Aquellos que estaban en la sala privada intercambiaron miradas de vergüenza. Era una fiesta de bienvenida para Bautista, pero todo terminó en un desastre. Por lo tanto, se disculparon con él, que les dijo con amabilidad que estaba bien. Les pidió que fueran a casa y que se reunieran en otra ocasión. Después del accidente, ya no estaban de humor para una fiesta, así que se fueron a sus respectivos hogares. Después de que se marcharon, Victoria se dio vuelta para irse; sin embargo, Bautista extendió la mano para detenerla y dijo:

-Te llevaré a casa.

Ella le apartó la mano.

-Gracias, pero no es necesario.

Ignoró la reacción de Bautista y siguió adelante. Cuando dobló por una esquina, vio a Norberto de pie solo. En el momento que sus miradas se encontraron, él pareció dudar en hablar. Victoria le esbozó una sonrisa y susurró:

-Me voy. Nos volveremos a encontrar si hay otra oportunidad.

Norberto se tragó sus palabras y asintió con dificultad.

-Por su puesto. Mantente a salvo.

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-Gracias.

El la observó irse y no fue hasta que la mujer estuvo fuera de vista que apartó la mirada y negó con la cabeza con impotencia. -¿Acaso ellos dos no están destinados a estar juntos?–. El viento gélido de la noche hizo que Victoria se sintiera incómoda. En ese momento, estaba sentada sola en un banco grande afuera del hotel con un par de auriculares inalámbricos en las orejas mientras escuchaba los intensos insultos de Sabrina.

-¡Maldita sea! ¡Esas mujeres son desvergonzadas! ¿Cómo tuvieron el descaro de hacer eso? Además, Claudia fue demasiado osada. Incluso estuvo dispuesta a arriesgarse a deformarse el rostro para incriminarte. Es increible, ¿eh? Al fin entiendo por qué no eres rival para ella. ¡Hace lo que sea para alcanzar sus objetivos!

Claudia había ayudado a Victoria antes. A pesar de que esta la consideraba una rival en el amor y no podia ser su amiga, igual tenia una buena impresión de Claudia. Creia que la mujer no haría nada despreciable; no obstante, estaba segura de que no la había tocado, así que ¿cómo se cayó? -¿Intentaba incriminarme? ¿O solo fue un accidente?–. Seguía teniendo la duda.

-La llevaron al hospital. Veamos qué dirá.

Sabrina se burló:

-No es dificil de adivinar. Intenta incriminarte y sembrar la discordia entre tú y Alejandro. Cuando le pregunten al respecto, dirá con nerviosismo que se cayó por accidente. También le dirá a Alejandro que no te responsabilice porque fue su culpa por perder el equilibrio.

emos. -Victoria frunció los labios y guardó silencio-. He visto a muchas z*rras como ella.

ablar bien de ti, pero todo lo que diga insinuará que eres la culpable. ¿No ves su objetivo? siera incriminarte, ¿por qué se acercó a ti de repente?

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