Tras mi renuncia el CEO luchó por mi amor por Isa Melodía -
Tras mi renuncia el CEO luchó por mi amor Capítulo 22
Capítulo22 ¿A quién pretendes seducir?
¿A quién carajos se le quería mostrar?
Ximena se sintió extraña, siempre se había vestido así, ¿por qué hoy ya no estaba bien?
Ella no tenía ganas de discutir con Alejandro, así que volvió y se colocó un vestido largo blanco de espalda descubierta.
Pero cuando salió, el rostro de Alejandro se volvió aún más sombrío.
La parte más atractiva de Ximena era su espalda, delgada y elegante, sexy.
Cada vez que están en la cama, esto desencadena su impulso sexual primitivo.
Pero solo puede mostrárselo a él, vestirse así afuera hacen que las personas piensen cosas indebidas.
Alejandro se levantó con cara seria y fue hacia la fila de vestidos.
Después de mirar dos prendas, eligió un vestido rosa pastel conservador pero que resaltaba perfectamente la elegancia de Ximena.
Cuando Ximena salió después de colocárselo, ya no mostraba nada, y solo
entonces él se sintió satisfecho de llevarla afuera y subir al coche.
Mientras estaban en el coche, Alejandro le pasó una caja de zapatos.
Ximena lo miró sorprendida.
-¿Es para mí?
Alejandro la miró de reojo.
-¿Acaso es para Eduardo?
Eduardo, quien conducía el coche, escuchó esto y se sintió sin palabras.
Ximena tomó la caja de zapatos y la abrió, revelando un par de zapatos de tacón plateados de punta redonda.
Inconscientemente, miró su tobillo aún no estaba completamente recuperado, sintiendo un cálido resplandor en su corazón.
Así que él recordaba que había estado herida.
En el Hotel Riviera.
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En el momento que Alejandro entró a sala con Ximena, alguien se les acercó.
-Señor Méndez, ¡qué bueno verlo de nuevo!
Señor Méndez, ¿viene a la subasta de hoy?
Viendo que más y más personas se acercaban, Ximena retrocedió dos pasos.
estel
Aunque estaba acostumbrada a tipo de situaciones, esta vez era diferente, tenía miedo de que alguien chocara con su vientre.
Decidió soltar el brazo de Alejandro y dijo: -Voy al baño.
Alejandro afirmó con la cabeza y Ximena se dio la vuelta para irse.
-¿Esa es Ximena?
Un grupo de mujeres de la alta alcurnia vieron a Ximena y comenzaron a chismorrear.
-Sí, dicen que es muy astuta, se convirtió en la secretaria jefa en poco tiempo.
-Bonito accenso para una secretaria, ¿no? ¡En otras palabras, es una echada. para lante!
-Paula, ¿no llevas años enamorada de Alejandro? ¿No deberías conocer a esta mujer?
Después de esos comentarios, todas voltearon a mirar a Paula Rodríguez, que estaba sentada entre ellas.
Paula miró la espalda de Ximena, su rostro lleno de envidia.
Había visto claramente lo que acababa de pasar.
¿Cómo se atrevió esa mujer a entrar tomada del brazo de Alejandro? ¿Se creía que había pasado de ser una simple chica a una dama sofisticada?
Paula tomó una copa de vino tinto de la mesa frente a ella y se puso de pie: Vamos, acompáñenme a conocer a esta mujer sin vergüenza.
Las tres riquillas estaban emocionadas, y siguiendo a Paula, se dirigieron emocionadas hacia el baño para seguir con el chismorreo.
Ximena en realidad no tenía intención de ir al baño, sino que buscaba un lugar tranquilo para sentarse después de lavarse las manos. Sin embargo, justo al salir del baño, se tropezó con alguien. Instintivamente, Ximena cubrió su vientre y miró sorprendida a la mujer frente a ella, cuya falda estaba empapada de vino. tinto. La mujer sostenía una copa de vino en la mano. Varias mujeres de la alta sociedad que la acompañaban exclamaron sorprendidas. Ximena trató de
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disculparse, pero la mujer, con el rostro enrojecido de furia, la reprendió: -¿ Acaso no tienes ojos para ver por dónde vas?
Ximena mostró una expresión apenada.
-Lo siento…
-¡Ah, pero ya sé quién eres!
Antes de que Ximena pudiera terminar, una de las mujeres exclamó.
-Paula, ella es Ximena, la secretaria que coqueteó con Alejandro.
La expresión en el rostro de Ximena se volvió gradualmente más seria mientras observaba la torpe actuación de estas personas, y de inmediato comprendió lo que estaba sucediendo. Ellas habían venido a buscarla a propósito.
Paula, furiosa, arrojó su copa al suelo.
-¡Me tienes que pagar la falda!
Ximena miró fríamente a Paula.
-Puedo…
¿Puedes qué? ¿Realmente puedes pagar?
-Quizás realmente pueda pagar, después de todo, está involucrada con el señor Méndez, un hombre adinerado.
-Eso estuvo muy mal, Paula, ya que tu falda está arruinada, podríamos rasgar su vestido para que no se atreva a ir a la subasta.
-Así es, quizás ella solo quiere que Alejandro le compre cosas. ¡No la dejemos. escapar!
Ximena las miró a refunfuñar y preguntó fríamente: -Si saben que estoy relacionada con el señor Méndez, ¿acaso no sería un agravio a él y a su
reputación si me atacan?
Paula, cuyo rostro se enrojecía de enojo, le gritó: -¡Cállate la boca! ¿Quién te crees para mencionar a Alejandro? ¡Hoy no te vas a escapar de que te destroce esa jeta!com
Dicho esto, Paula se disponía a avanzar y atacar a Ximena.
Justo cuando su palma se alzaba, todos escucharon una voz regañona: ¡Paula! ¡ Detente ya!
La expresión de Paúla cambió de inmediato, y antes de que pudiera retirar su mano, un hombre llegó y se puso frente a ella, con cejas y ojos apuestos que
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irradiaban seriedad.
-¿Por qué la estás molestando?
Paula, indignada y frustrada, dijo: -¡Primo! ¡Ella es Ximena, la secretaria de día- amante de noche de Alejandro!
—¡Paula! ¿Cómo puedes decir algo tan vulgar?
Después de regañarla, el hombre se volvió hacia Ximena. Pero, al verla, su mirada se quedó perpleja en su rostro. Los ojos y cejas de la mujer frente a él se parecían mucho a los de su madre fallecida… 2
Mientras Ximena lo miraba confundida, el hombre controló sus emociones y se disculpó respetuosamente:
-Mis disculpas, señorita Pérez. Permítame disculpar a mi prima por su rudeza. Después de decir esto, el hombre sacó una tarjeta de presentación y se la entregó
a Ximena.
-Esta es mi tarjeta, si alguna vez necesitas ayuda, considera que es mi manera de disculparme.
La mirada de Ximena cayó sobre la tarjeta en su mano.
Andrés Rodríguez, miembro de la familia Rodríguez, una de las cinco grandes familias de Reinovilla. 1
La familia Rodríguez y la familia Méndez eran viejos amigos y socios
comerciales, tenían una relación muy cercana. 2
Después de estar con Alejandro durante estos años, Ximena había oído hablar de Andrés, pero nunca lo había conocido en persona.
Nunca imaginó que fuera una persona tan amable para hablar. a
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Capítulo23 Se parecen tanto
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