El enigmatico regreso
Chapter 1063

Capítulo 1063 Condición crítica

Después de escuchar esto, Neera quedó bastante sorprendida. Inesperadamente, hubo eventos pasados ​​​​de este tipo en la familia Norton.

Sin embargo, si esa persona fue expulsada de la familia, ¿por qué la receta que desarrolló aún se conservaría hasta el día de hoy e incluso circularía en el mercado negro? ¿Podría ser que la llamada expulsión de hace años fuera sólo un espectáculo para los forasteros? En realidad, ¿no se trataba menos de un destierro y más de un caso de esconder a ese prodigio médico y seguir utilizándolo para el beneficio de la familia?

Cuanto más reflexionaba Neera sobre esto, más posible le parecía.

Después de todo, a lo largo de la historia, drogas como éstas siempre habían sido lucrativas. Era probable que existieran fuerzas similares al mercado negro durante la época en que la familia Norton ganó el poder.

Después de comprender la situación, Neera no presionó para dar más detalles. “Muchas gracias.” Ella asintió apreciativamente.

Willard agitó la mano con desdén. “No hay de que; era sólo una charla ociosa. Pero tu repentino interés en la familia Norton, ¿hay algo más? Si necesitas mi ayuda, no dudes en preguntar.”

El corazón de Neera se calentó ante su oferta y respondió con una sonrisa: “No es nada, sólo curiosidad. Si alguna vez necesito su ayuda, no dudaré en contactarla”.

Después de despedirse, Willard partió con su nieta.

Neera decidió quedarse en la sala de investigación, trabajando incansablemente hasta altas horas de la madrugada. No fue hasta que los tres pequeños le recordaron que se fuera a casa que se dio cuenta de que ya era de noche.

“Está bien, voy a regresar ahora”. Se sintió conmovida por los recordatorios de los niños. Después de colgar el teléfono, recogió sus pertenencias y se preparó para partir.

Por alguna razón desconocida, de camino a casa, su párpado derecho seguía temblando. Aunque podría explicarse científicamente como resultado de la fatiga, Neera tenía un inquietante presentimiento, como si algo desafortunado estuviera a punto de ocurrir.

Mientras tanto, de vuelta en el país, después de que Jean hubiera terminado de ocuparse de importantes asuntos oficiales, se preparaba para viajar al extranjero.

Sin embargo, justo cuando llegaba al aeropuerto, recibió una llamada inesperada de Wrenn. “Mamá, ¿qué pasa?”

De pie cerca del control de seguridad del aeropuerto, miró la hora en su reloj de lujo.

La voz de Wrenn llegó a través del teléfono, llena de sollozos frenéticos e impotentes. “Jean, tu… tu padre, ¡ha tenido un accidente!”

Jean quedó desconcertado por un momento y su expresión se volvió significativamente más seria. “¿Qué pasó?”

“Tu padre… tuvo un accidente automovilístico camino a casa. Lo han llevado al hospital. ¿Dónde estás? Qué vamos a hacer…”

Cuando recibió esta angustiosa noticia, la expresión de Jean se volvió gravemente seria.

Preguntó sobre la ubicación del hospital, abandonó de mala gana sus planes de viajar al extranjero y salió corriendo del aeropuerto de inmediato, dirigiéndose directamente al hospital.

A su llegada, su padre estaba siendo sometido a esfuerzos de reanimación.

Wrenn, consumida por el miedo y la desesperación, tenía los ojos hinchados de tanto llorar y estaba sentada aturdida en una silla del pasillo, con la mirada fija en el suelo.

José también llegó y lo saludó diciéndole: “Jean, estás aquí”.

Jean asintió y rápidamente preguntó: “¿Quién es el médico que atiende al paciente que está adentro?”

“Es Isabella López, la directora de este hospital”, respondió Joseph. “El accidente automovilístico de papá ocurrió cerca de este lugar, por lo que lo trajeron aquí de inmediato”.

Jean asintió solemnemente, con la mirada pesada mientras miraba las puertas bien cerradas que conducían al quirófano. Luego, dirigió su atención a Wrenn, quien parecía haber perdido el sentido de sí misma.

“Mamá, no te preocupes. Papá estará bien”.

Incapaz de soportar ver a su madre tan angustiada, Jean se acercó y la consoló suavemente.

Wrenn tardó un momento en registrar sus palabras. Ella lo miró, las lágrimas una vez más corrían por sus mejillas y se aferró a la mano de Jean, su vulnerabilidad se parecía a la de un niño.

“Jean, tu padre tiene que estar bien. Si le pasa algo, no sé cómo podría seguir…”

Jean se quedó sin palabras, por lo que le dio unas suaves palmaditas en la espalda, ofreciéndole consuelo mientras esperaba ansiosamente los resultados de la cirugía.

Durante este tiempo, la enfermera salió del quirófano tres veces, cada vez emitiendo un aviso de condición crítica a la familia de Frederic.

A Federico, que era de edad avanzada, esta tragedia le resultaría especialmente difícil de soportar y sus posibilidades de recuperación parecían cada vez más escasas.

La expresión de Jean se volvió cada vez más solemne y Wrenn quedó abrumado hasta el punto de desmayarse.

Después de investigar el accidente automovilístico, Lan se apresuró a informar y dijo: “La policía todavía está investigando el incidente. No está claro si fue un verdadero accidente o si alguien tenía intenciones maliciosas”.

Los ojos de Jean se oscurecieron, un atisbo de frustración cruzó por su rostro. Emitió una orden severa: “Vigile de cerca la situación”.

Lan reconoció de inmediato: “Sí, y señor, creo que este asunto podría hacerse público pronto…”

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