Capítulo252

En la sala de emergencias del hospital de la Ciudad de México.

Beatriz ha recibido transfusiones de sangre, pero aún no está fuera de peligro. Se dice que cuando la trajeron, su rostro estaba pálido y casi transparente, con una horrible herida profunda en su

muñeca.

En el pasillo, la familia Sánchez estaban presentes, tanto Enrique como Leona.

Ema está sufriendo mucho, había llamado a Beatriz una y otra vez, y llorado innumerables veces.

-Ya, ya, eres mayor y no puedes soportar tanto llanto… Además, estás haciendo el ridículo, -dice el señor Sánchez, tratando de persuadir a Ema con una expresión fría.

-¿Haciendo el ridículo? En este momento, nuestra hija está en peligro de vida, ¿y tú, como padre,

solo piensas en tu fama? ¿Acaso no tienes corazón? 1

Ema agarra el cuello de su esposo y lo sacude constantemente, llorando desconsoladamente. -¡Mi hija ha entrado en depresión! ¡Ella es mi única hija! ¡Si algo le sucede a Betty, yo ya no quiero vivir

más esta vida! 2

Gabriel tenía una expresión de evidente desagrado en su rostro. Su hija estaba al borde de la

muerte debido a un hombre y su esposa no deja dejaba de quejarse.

Ya se sentía inferior a Enrique en muchas cosas y ahora no puede entender ni manejar a las dos

mujeres en su familia. En un arrebato de ira, empuja a Ema al suelo. 1

-¡Siempre te pones así! ¿Esto es un hospital o una plaza de mercado? ¿Acaso no tienes el porte de

ser la esposa del presidente de una compañía?

-¿Cómo te atreves… cómo te atreves a empujarme…? -Ema se sentó en el suelo, sorprendida hasta

el punto de olvidar incluso llorar. 2

-Tía, tío, por favor, dejen de pelear. Lo más importante es que Beatriz supere este período de

peligro, eso sería mejor que cualquier otra cosa, -interviene Leona, acercándose para ayudar a

Ema mientras esconde una sonrisa fría en su interior. 3

Si no fuera porque su madre todavia estaba en el juzgado y su padre la arrastró aquí para ayudar a resolver las cosas, ella no tendría interés en preocuparse por el bienestar de esa puta.

Pero ya que está aquí, tiene que actuar como si estuviera profundamente preocupada, incluso si se

-¡Cuñado! Mi hija ha terminado así, ¡ustedes deben rendirnos cuentas!

+15 BONOS

Gabriel, lleno de rabia sin poder encontrar una salida, se dirige a Enrique, mi hija y tu hijo han estado enredados durante tantos años. Por tu hijo, ella ha dedicado los años más preciosos de su juventud. Ahora todos en la Ciudad de México saben que mi hija es la prometida del señor Hernández. Al principio, dijeron que esperarían hasta que el cumpleaños del abuelo Hernández pasara, se casarán. Pero tu hijo y esa mujer arrastraron la situación y no obtuvieron el divorcio. Nosotros lo soportamos por consideración al abuelo Hernández. Ahora que ha pasado el cumpleaños y ha obtenido el divorcio, ¿cómo puede tu hijo cambiar de opinión repentinamente? ¿ Qué dama proveniente de una familia decente podría soportarlo? ¿No es poner a mi hija en

peligro de depresión mortal?

Enrique, con una expresión frustrada y el corazón lleno de frustración, no sabía más qué decir

-Nosotros… aunque no podemos compararnos con la señorita Pérez y su gran familia y fortuna… también somos gente respetable y nos preocupamos por nuestra reputación. Nos enfadó tanto que

el señor Hernández está tratando a Beatriz de manera demasiado despectiva.

Ema, apoyada por Leona, se levantaba, mirando con ojos enrojecidos y furia en su voz, -señor

Hernández, la familia Sánchez no se quedará de brazos cruzados si mi hija rompe con Alejandro…i

Vamos a hacer público este asunto! Nadie saldrá bien parado de esto.

Ella sabía que su hija había recurrido al intento de suicidio para forzar a Alejandro a casarse con

ella.

Beatriz y Alejandro habían sido amigos de la infancia, y mientras ese hombre tuviera incluso un

atisbo de afecto por Beatriz, no la dejaría morir de esa forma sin hacer nada.

Incluso si al final el escándalo afectara los planes de boda, Ema buscaría sacar el máximo

provecho de la familia Hernández para salvar a la familia Sánchez. De cualquier manera, sería una

inversión segura.

Enrique suspiró repetidamente, con un rostro lleno de preocupación.

En este momento, si la noticia de que el presidente de la familia Hernández había dejado a su

prometida en un aprieto se difundía, agregándole el asunto de Ema, la reputación de la familia

Hernández se vería gravemente afectada y las acciones de la compañía asociada en el mercado de

valores podría caer nuevamente.

Ahora, no podía hacer otra cosa más que forzar a Alejandro. -Cuñados, pueden estar tranquilos.

+15 BONOS

matrimonio con Alejandro no se verá afectado por nada ni nadie. Todo seguirá como estaba

planeado.

La pareja se sintió un poco aliviada al escuchar esto.

Sin embargo, Ema todavía temía lo peor, recordando lo que había pasado antes. Pensaba que Alejandro, que ahora tenía una posición poderosa en el grupo Hernández, ya no era el hijo ilegítimo vulnerable como antes. Aunque Enrique quisiera interceder por ellos, Alejandro no

necesariamente aceptaría. 1

En ese momento, unos pasos rápidos resonaron en el pasillo. Alejandro, con una expresión grave, apareció seguido de cerca por César.

-¿Cómo está Beatriz? -preguntó sin esperar la respuesta de Enrique, pero antes de que pudiera responder, Ema se acercó furiosa y agarró la solapa de la camisa de Alejandro.

-¡Alejandro! ¿Qué ha hecho mi hija para merecer esto? ¡Mira lo que le has hecho! ¿Quieres matarla

para que puedas estar con tu exesposa?

-¡Señora Sánchez! Por favor, cálmese, -intervino César, apartando a Ema de Alejandro. 1

Aunque la gente de la familia Hernández estaba allí tratando de mantener el orden, todavía había espectadores que se asomaban para ver lo que pasó, ya que la discusión se había vuelto demasiado

alborotada.

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