Capítulo284
De vuelta en el hospital, Beatriz estaba llena de ansiedad y desconcierto. Recordó las siniestras
palabras de Clara y, llena de ansiedad, se mordía las uñas mientras deambulaba por la habitación.
-No puedo… jesto no puede continuar así! Clara es la hija de la familia Pérez y es astuta y
despiadada como una zorra. Ahora sabe sobre mi pasado en los Estados Unidos, y es probable que
pronto descubra aún más.
No podía quedarse de brazos cruzados, tenía que tomar medidas de inmediato.
Así que, temblando, Beatriz llamó al teléfono de Miguel. Sonó durante un buen rato antes de que
alguien respondiera al otro lado: -¿Bueno, qué pasa a estas horas de la noche?
-¡Miguel! Clara me está investigando en este momento. Tal vez pronto descubra nuestra relación.
Beatriz estaba tan ansiosa que sus ojos se enrojecieron y su voz se volvió áspera, como si estuviera
a punto de estallar en fuego: -¡Debes irte de la Ciudad de México inmediatamente, cuanto antes
mejor!
-¿Estás tratando de alejarme? Déjame decirte, si no recibo mi dinero, no me retiraré pacíficamente.
-Si Clara descubre nuestra relación, mi compromiso con Alejandro se arruinará por completo. En
ese momento, no importaran si son millones o un centavo, ¡no obtendrás ni un céntimo! -Beatriz
gruñó entre dientes con furia.
-Está bien, está bien…Te daré una oportunidad, pero no intentes jugarme ningún truco, o…
—¡Prometo que no te faltará el dinero que te prometí! Para evitar problemas innecesarios durante
este tiempo, no nos contactemos por ahora.
Después de decir eso, Beatriz colgó el teléfono, aunque su mano seguía temblando levemente.
Después de calmarse un poco, llamó a su madre, Ana.
-Mamá, ven al hospital de inmediato, tengo algo importante de qué hablar contigo.
Mientras tanto, en otro lugar, la pantalla del móvil de Miguel ya estaba apagada.
Miguel había estado bajo custodia en el sótano estos días, vigilado de cerca y con pocas opciones
de escape.
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Sin embargo, al menos ya no estaba colgado boca abajo. Ahora estaba sentado en una silla. Esta pequeña diferencia en su situación lo hacía sentirse a punto de rendirse ante Clara.
Después de todo, si seguía boca abajo, podría morir de congestión cerebral.
-Te has portado bien. Veo que tu habilidad actoral está mejorando. -Clara entregó el teléfono a
Aarón, levantando una ceja en tono burlón.
-No, no, no… trabajar para usted… es lo que debo hacer, ¡es lo que debo hacer! -Miguel estaba
pálido como un fantasma, temía perder la cabeza literalmente.
Apenas había recuperado el uso de sus manos después de perder dos dedos, y no quería que lo
privaran de sus piernas también.
-Dentro de unos días, sería el cumpleaños de Beatriz
Clara estaba relajada en su silla, cruzando sus hermosas piernas con gracia: -En ese momento,
necesitaré tu cooperación para llevar a cabo una actuación.
Si lo haces bien, podrás redimirte. Si no, tus problemas serán aún mayores.
-Sí, sí… entendido… lo entiendo… ¡todo lo que diga la señorita es ley! -Miguel sudaba frío y asentía
con la cabeza.
Clara se rio con desdén: -He escuchado que solo comes un pan al día. ¿Cómo puedes aguantarlo?
Aarón, trae la comida aquí.
-Sí, señorita.
En poco tiempo, Aarón trajo un plato de comida frente a Miguel.
En él no solo habia cuatro panes, sino también un pollo asado ¡y una botella de cerveza!
Después de días comiendo solo un poco de pan al día, Miguel estaba pálido de hambre.
Ahora sus ojos se fijaban intensamente en el pollo asado, con lágrimas y saliva a punto de caer al
mismo tiempo.
-Come, es un regalo de la señorita. -dijo Aarón con frialdad, poniendo el plato frente a él como si
estuviera sirviendo comida para un perro.
Miguel tragó saliva, miró a Clara con ojos llorosos y una expresión de tristeza, y preguntó:
Señorita… ¿es acaso todo esto… mi última comida?
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Saliendo del sótano, Clara se estiró con cansancio y gracia: -Vamos, regresemos a casa.
-Señorita, ¿por qué todavía prepara comida para esa basura?
Aarón recordó lo que había sucedido esa noche y su corazón dolía mucho. Sus ojos se enrojecieron
ligeramente: -Ese tipo sin escrúpulos, que solo piensa en beneficio propio y es tan cruel… incluso
sería un favor para él si muriera.
-Para derribar a Beatriz, necesito la ayuda de Miguel.
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