Capítulo328
Tan solo con poder verla.
De repente, las puertas de Villa Hermosa se abrieron lentamente.
El corazón de Alejandro se retorció en su pecho, todo su cuerpo se agitó y su imponente figura se
inclinó hacia adelante. Sus ojos ardían intensamente, clavados en dirección de la puerta, incluso
su respiración se volvió más pesada.
Sin embargo, cuando Pol apareció en su línea de visión con una sonrisa ambigua y un paso
tranquilo, su corazón palpitante cayó como una piedra.
Alejandro lo miró fríamente mientras el hombre se acercaba a él.
-Alejandro, es bastante descortés e inoportuno aparecer aquí en medio de la noche sin saludar a
nadie, ¿no crees? – Pol lo miró con ojos burlones y sarcásticos..
La expresión de Alejandro no cambió, sus labios se curvaron finamente fríamente. -Mi presencia
aquí no tiene nada que ver contigo.
-Alejandro, ¿siempre has sido así de desvergonzado? – Pol soltó una risita llena de desprecio. -Sé
por qué viniste y sé en qué estás pensando. Te arrepientes de elegir a Beatriz sobre Clara. Te diste
cuenta de que esa mujer te ha engañado por completo, te has despertado a la realidad de tu
estupidez y ahora intentas recuperar a Clara para no quedarte sin nada, te ves patético. Lastimaste
profundamente a Clara, ¿crees que ella seguirá esperandote?
Se hizo un nudo en la garganta de Alejandro, este se movió mientras sus palabras le amargaban la
boca.
-Clara ya tiene a alguien más a su lado. Si estás pensando en volver a perseguirla, deberías
preguntarse si lo aprueba o si terminas por completo -Pol ajustó sus anteojos, su mirada se volvió
rígida.
-No te corresponde a ti decir esas cosas, Pol- Alejandro levantó la barbilla ligeramente, su deseo
ardiente de vencer y ganar resurgió. -Incluso si me arrepiento y quiero empezar de nuevo con
Clara, si ella rechaza la idea, será ella quien me lo diga en persona. Nada de lo que digas delante de
mí tiene validez.
-Alejandro…
1/3
Pol frunció el ceño, su enemistad hacia ese hombre era evidente.
Alejandro elevó la mirada abruptamente al ver a Clara caminando hacia él con determinación en sus ojos. Su corazón latía descontroladamente en su pecho.
-Clara, ¿por qué estás usando tan poca ropa para salir? La noche está fría–La mirada sombría en los ojos de Pol desapareció momentáneamente, siendo reemplazada por una suave calidez.
Antes de que pudiera acercarse a ella, Clara pasó junto a él como un vendaval, sin detenerse ni un segundo frente a él. En ese momento, Clara y Alejandro se miraron fijamente, como si una barrera invisible se erigiera a su alrededor, excluyendo completamente a Pol de su vista.
Permanecieron en esa confrontación, sin hacer nada, pero aun así daba la sensación de que no
había espacio para una tercera persona entre ellos.
Pol apretó sus dedos, inhalando el aire frío en sus pulmones que se convirtió en afiladas cuchillas,
retorciéndole los órganos internos.
El odio que ardía en sus ojos oscuros detrás de los lentes se transformó gradualmente en un deseo
asesino.
-¡Así que Alejandro vino a hacer turismo a Valencia otra vez! ¿Viene a dar un paseo alrededor de nuestra casa cada vez? ¿Es porque la vista desde Villa Hermosa es hermosa y ya has visto el emblemático edificio? -Clara se apoyó en su cintura, sus ojos y cejas mostraban una
determinación desafiante.
El corazón de Alejandro aún latía con violencia, fijando su mirada en ella, como si estuviera hipnotizado, dijo con voz inusitada: -La vista aquí es bastante agradable.
¿Este hombre tenía algún problema en la cabeza? ¿Acaso no podía percibir su sarcasmo?
-Entonces la próxima vez te conseguiré un guía turístico para que hagas un recorrido profundo
por Valencia. No necesitas venir a merodear cerca de mi casa todo el tiempo. ¡Esto no es un lugar
turístico! -Clara no pudo aguantar más a este hombre y le dijo fuertemente, ¡Vete de aquí de
inmediato, sin que nadie te despida! –
Alejandro aún la miraba fijamente, sus ojos enrojecidos se entrecerraron y luego habló en voz baja
hacía ella: -Está bien, buenas noches.
La expresión de Clara desconcertó: ¿Qué?
¿Buenas noches?
2/3
¿Este hombre había viajado todo el camino hasta aquí solo para despedirse con unas buenas
noches? ¿Había perdido la cabeza?
Al instante, como si hubiera liberado un peso de sus hombros, Alejandro se giró sin más hacia su
auto deportivo.
-Alejandro, espera.
If you replace any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.
Report