Capítulo361

-¡Mama! ¡Te lo dije antes, la relación entre ellos no es tan simple! ¡Noa solo quiere arruinar todo lo

que es bueno para mí!

Al ver cómo Rodrigo le ponía a Noa un costoso vestido de noche rojo, Leona se llenaba de envidia enloquecedora. Aunque el rostro delicado de Noa no estaba maquillado, irradiaba un encanto

fascinante.

Lo que enfurecía aún más a Leona era que el vestido de Noa coincidía en color con el traje de

Rodrigo, ambos eran de un rojo profundo, ¡como si fueran trajes de pareja!

De pie uno al lado del otro bajo las brillantes luces, parecían una pareja recién casada, inmediatamente eran el centro de atención de la escena. Leona sintió que un vestido púrpura era

irónico al extremo, no encajaba en absoluto con el ambiente rojo.

-Noa es mi propia hija, ¡conozco muy bien qué tipo de persona es!

Ema no era tan superficial como Leona, reflexionaba profundamente: -Aunque Noa tiene veintidós años, su pensamiento y comportamiento son como los de una niña de once o doce años. No ha madurado lo suficiente para hablar de amor, ni siquiera ha alcanzado su pleno desarrollo. ¿

Acaso eso le da la capacidad y la sabiduría para competir por un hombre?

Estas palabras apaciguaron un poco la ira de Leona, pero seguía sintiéndose muy enojada.

-Desde mi punto de vista, este asunto es más complicado de lo que imaginas. Rodrigo fue frío contigo antes, después de la fiesta de Fernando, es posible que piense que tienes segundas intenciones, o incluso puede estar empezando a despreciarte. Aunque sabe que Noa es tu hermana, se acercó a ella a propósito; tal vez para romper tus ilusiones, provocarte.

A pesar de escuchar estas palabras, Leona seguía sintiendo oscuridad en su corazón, estaba

furiosa.

-¿Y ahora qué debemos hacer? ¿Mamá, acaso he perdido toda esperanza de casarme con Rodrigo?

-No debes precipitarte en este momento. Debes colaborar con Jimena, dejar que te ayude a acercarte a Rodrigo. También necesitas ajustar tu mentalidad y mantener la calma. Si Rodrigo trata bien a Noa, debes sex aún más amable con Noa, cambiar la impresión que él tiene de ti, mostrar tu lado amable y bondadoso. ¿Entiendes? -Ema hablaba con seriedad, planeando

estrategias para su hija.

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-Lo entiendo- Leona solo pudo responder en voz baja.

Noa estaba emocionada, su ídolo Ada Gutiérrez estaba aquí. Sus ojos brillantes se abrieron mucho,

buscando la figura de Ada Gutiérrez, pero cuando su mirada se posó en el escenario y vio a Jimena

tocando el piano, sus pupilas se contrajeron bruscamente. Su rostro palideció al instante, como

pétalos marchitos perdiendo gradualmente su vitalidad. Sus piernas delgadas bajo el vestido rojo

temblaban sin control.

Innumerables recuerdos dolorosos de su infancia surgieron como una inundación, sumergiéndola

en la desesperación. Vio escenas de burlas y humillaciones:

-¿Quién querría ser amigo tuyo, tonta? ¿En qué estás pensando?

-¡Échala al basurero! ¡Solo merece estar en el basurero!

-¡Córtale el pelo de inmediato! Odio que haya chicas en la escuela con mejor cabello que el mío.

-No es de extrañar que Enrique y Ema te odien, tu hermana también te odia, jeres una vergüenza

para toda la familia Hernández!

Ella era sinónimo de vergüenza.

Jimena en el escenario tocaba muy concentrada el piano, sin darse cuenta de los ojos llenos de

odio y miedo que la observaban desde abajo. Los ojos de Noa se pusieron rojos, abrazó su osito de

peluche con fuerza y retrocedió, la frente cubierta de un sudor frío de temor.

De repente, el brazo de Rodrigo se aferró a su brazo.

-Noa, ¿qué pasa? ¿No dijiste que querías ver a Ada Gutiérrez y conseguir su autógrafo? Ven, te

llevaré a conocerla.

En ese momento, Noa se soltó bruscamente de su mano y corrió hacia la salida sin vacilar.

-¡Noa! ¿A dónde vas?

Rodrigo se quedó paralizado al instante, confundido. Preocupado por la seguridad de una joven que

salía sola a esta hora de la noche, la siguió de cerca.

Leona lo vio todo, y su corazón estaba lleno de rabia. Aunque Ema le había aconsejado mantener la

calma, el ver Rodrigo tan preocupado por esta tonta la enojaba hasta el límite.

El miedo inundaba la mente de Noa mientras corría hacia el exterior del hotel, las lágrimas daban

vueltas en sus ojos. Aunque había deseado ver a Ada Gutiérrez, en las noches solitarias se

detective que no temia nada, justa y valiente, en esas películas, era la personificación de su sueño

Sin embargo, en la realidad, solo vio a Jimena, y lo único que queria era escapar, cuanto más lejos

mejor. Se sentía sin amor, una carga, sin valor. Las maldiciones y burlas venenosas la perseguian

como espíritus malignos que emergian del infierno.

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