Capítulo412

-¿Por qué vendría a casa en este momento? – Enrique levantó la vista hacia su reloj de pulsera y frunció ligeramente el ceño. -Alejandro no está en casa, debería saberlo. Además, casi es la hora

de la cena ¿Qué querrá a estas alturas?

-Enrique, Rodrigo rara vez hace una visita, ¿por qué te preocupas tanto? Quién sabe, tal vez vino a ver a Leona-Ema dijo de manera coquetamientras se agarraba del brazo de Enrique.

-¿Estás diciendo que Rodrigo y Leona están juntos? – Enrique se sorprendió.

-Estás tan ocupado todo el tiempo que apenas te preocupas por tu hija. Ni siquiera entiendes los pensamientos de Leona-el dedo indice afilado de Ema le picó ligeramente la solapa de la chaqueta, quejándose, -Leona ha estado interesada en Rodrigo durante mucho tiempo.

Enrique abrió sorprendido sus ojos, -¿Leona le gusta a Rodrigo? ¿Cómo es que yo no puedo verlo en

absoluto?

-Las chicas son tímidas, ¿cómo se puede hablar tan fácilmente de cosas como esta? – Ema

asumió un tímido gesto avergonzado en nombre de su hija.

-Esto no es una cuestión trivial. El asunto del matrimonio de Leona es un asunto crucial para

nuestra familia grupo Hernández-Enrique repentinamente adoptó una expresión seria, -Leona es

mi primera hija, mi joya preciosa. Su matrimonio debe ser adecuado en términos de clase y

posición social. Debe elegir lo mejor entre los jóvenes talentosos de la Ciudad de México, e incluso

de todo el país.

-La familia Rodríguez es una de las prestigiosas casas de la Ciudad de México, y Rodrigo es el

único hombre en la familia. En el futuro, todo el grupo Rodríguez estará bajo su control, ¿verdad?

Ema estaba planeando todo esto en su mente, -Además, Rodrigo es el hermano de Alejandro. Si

Leona se casa con la familia Rodríguez, estaría unida a nosotros aún más. ¡Qué buen matrimonio!

La frente de Enrique se relajó y sus pensamientos se volvieron más animados gracias a las

palabras de Ema. Aunque la reputación de Rodrigo en la Ciudad de México no era la mejor, para un

joven nacido en una familia adinerada, había sido mimado desde su infancia y siempre había

tenido satisfacción material. Era comprensible que buscara nuevas emociones y desafios en el

ámbito espiritual. Había sido temerario en su juventud, pero una vez que maduró, no saldría con

otras mujeres fuera de su casa.

Si Rodrigo se unía a Leona, sería una coincidencia de clase. Cuando se casaran, con la presión del

En ese momento, Rodrigo ya estaba sentado en la sala de estar de la mansión.

Desde joven, Rodrigo solía venir a Villa Mar a visitar a Alejandro. Aquí se sentía tan cómodo como en su propia casa, incluso no necesitaba a los sirvientes para servirle café, él mismo se sirvió una

taza.

-Rodrigo, ¿por qué viniste hoy? – Enrique y Ema vinieron a saludarlo. Normalmente, Enrique no se habría presentado, pero después de escuchar las palabras de su esposa, sintió la necesidad de

darle la bienvenida personalmente.

-Tengo algunos asuntos, una decisión repentina. Lamento haberte molestado-respondió Rodrigo.

-Estamos a punto de cenar, Rodrigo, quédate y come con nosotros-Ema lo invitó cordialmente.

-No es necesario-Rodrigo declinó con indiferencia, -¿Está Leona en casa? Quiero hablar con ella

en privado.

Enrique y Ema intercambiaron miradas, con expresiones llenas de significado.

Cuando Leona se enteró de que Rodrigo estaba allí, se emocionó tanto que quería bajar

inmediatamente para verlo. Pero recordó las palabras de su madre; hacerse la difícil era apropiado

y podía ser desvalorizado. Así que se contuvo y no fue a ver a Rodrigo. Sin embargo,

inesperadamente, cuando ella no actuó de manera proactiva, ¡Rodrigo decidió buscarla por sí

mismo!

Leona, con el corazón latiendo con fuerza, entró en la sala de té.

-Rodrigo, ¿me buscabas? -preguntó con timidez.

Rodrigo sostenía una taza de té con sus largos dedos y tomó un sorbo distraídamente. —Sí.

-¿Qué sucede? -Leona se sentó frente a él, mostrando su timidez en su rostro sonrojado.

-Sobre lo que pasó en ACE anoche, ¿por qué lo hiciste? – Rodrigo la miró fríamente, sin rodeos.

Leona se sintió repentinamente tensa. -¿Qué pasó en ACE anoche?

-Noa es una chica que nunca sale de casa, ¿cómo es que su osito de peluche apareció en ACE de la

nada? – Rodrigo puso la taza de té en la mesa con un golpe y su mirada se volvió fría, -Leona, bromear está bien, pero tus acciones de anoche fueron demasiado despreciables.

Leona se volvió pálida de repente, su corazón latía aceleradamente.

-Rodrigo, creo que me malinterpretaste-sus ojos se llenaron de lágrimas y se esforzó por parecer

angustiada. Las lágrimas comenzaron a caer.

-Noa no lloro después de la broma que le hiciste anoche. ¿Cómo te atreves a llorar? – Rodrigo ni

siquiera ia miró, sintiendo que sus lágrimas eran falsas. -En resumen, vine a decirte dos cosas:

Primero, deja de molestar a Noa. A partir de ahora, la protegeré. Antes de hacerle daño, piensa en

quién está detrás de ella. Segundo, mantente alejada de mi hermana. Ella es inocente, no la

corrompas.

Cuando el hombre terminó de hablar, se levantó con su imponente figura y se fue sin mirar atrás.

Leona miró atónita la puerta cerrada de golpe, sintiendo que su alma se desvanecía como si la

hubieran despojado de su esencia. Su cuerpo se aflojó y cayó al suelo desde el sofá.

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