Capítulo432

El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos y finalmente llegó el día del evento benéfico de subasta

de joyas de KS World.

Dado que este evento estaba vinculado a la caridad, tanto el lado de KS como la revista MINT no se

hizo una gran promoción en la etapa inicial. Sin embargo, a pesar de ello, logró captar una gran

atención de los medios en la Ciudad de México.

MINT era una revista de moda internacionalmente reconocida, y numerosas celebridades se

enfrentaban por aparecer en su portada, lo que mostraba su influencia.

Ese día, las estrellas se reunieron y el exterior del hotel estaba lleno de emoción.

El equipo de seguridad estaba en pleno funcionamiento para mantener el orden, y las celebridades

cooperaban amigablemente. Saludaban a sus fanáticos y luego ingresaban rápidamente para

evitar cualquier caos y posibles incidentes.

Hasta que un lujoso Lincoln alargado atravesó la multitud, volviéndose a agitar la escena.

Los guardaespaldas se apresuraron a abrir la puerta del coche y salieron Ema Celia y Leona

Hernández, vestidas con elegantes trajes de noche.

Aunque otras damas de alta sociedad y jovencitas ingresaban por la puerta trasera o el acceso VIP,

las madre e hija seguían actuando de la misma manera, buscando llamar la atención. Era evidente

que, si no eran fotografiadas cada dos por tres, sus vidas estarían en peligro.

-¡Eh, miren! ¿No es la tía de Beatriz?

Alguien gritó a viva voz, sus palabras llegaron a oídos de Ema desde lejos, su expresión facial

cambió de inmediato.

Le llevó muchos años desprenderse de la etiqueta de “actriz olvidada” y “la amante que se

convirtió en esposa”, convirtiéndose en la envidiable esposa del presidente del grupo Hernández.

Sin embargo, debido a Beatriz, esa infame y desagradable mujer, ahora tenía un nuevo apodo: ¡la

tía de Beatriz!

Aunque fuese cierto que era la tía de Beatriz, escuchar ese título sonaba como un insulto hacia

ella.

-¡Oh, mira, es ella! -Alguien coincidió con el comentario.

-¿No fue convocada por los fiscales antes debido a algún caso de soborno o corrupción?

-Sí, sí, ¡y luego la liberaron! En la Ciudad de México, donde los magnates tienen la última palabra,

realmente no hay justicia que valga.

-Digo yo, ¿no debería ella entender que en la era de internet, las cosas no se olvidan? ¿Cómo se

atreve a salir y armar este alboroto? ¿Y Enrique ni siquiera controla a su esposa?

-Cada vez que la veo, recuerdo aquel banquete de cumpleaños de Beatriz, presumiendo de su

sobrina con una sonrisa radiante. Y luego, al instante siguiente, Beatriz sufrió un revés en su

imagen pública. ¿Estaba planeando algo en su contra? En ese momento, su expresión quedó

completamente descompuesta. En serio, cada vez que lo pienso me hace reír jajaja.

El rostro de Ema pasó de estar enrojecido a volverse oscuro en un instante, y sus piernas se

volvieron rígidas que no respondían. Si no fuera por Leona sosteniéndola, casi no podría caminar.

Originalmente, pensó que después de tanto tiempo, la gente ya habría olvidado aquel incidente.

En este momento, se dio cuenta de que algunas vergüenzas quedan grabadas en el ADN. Su

autoestima, cuidadosamente cultivada durante años, fue completamente arruinada por aquella

miserable Beatriz.

Entre risas burlonas, Ema y Leona entraron apresuradamente al hotel con expresiones abatidas.

-Mamá, en el futuro deberías ser más discreta, y tratar de evitar aparecer en público tanto como

sea posible.

Leona frunció el ceño con frustración: -Mira lo que has hecho. Al aparecer tú, me hiciste objeto de

burlas también. De veras es muy vergonzoso…

-¡Leona Hernández! ¿Eres una hija ingrata? ¿Te atreves a avergonzarte de tu propia madre?

Ema, enojada, le pellizcó el brazo con fuerza, provocándole un grito de dolor en Leona y empezó a

sudar frío: -¡Yo, tu madre, te lleve en el vientre! Soporté humillaciones y desprecio sin quejarme. ¿

Ahora me sales con que te avergüenzas de mí?

Si no fuera porque perdi mi dignidad en aquel entonces, si no me hubiera arriesgado y dedicado

mi vida a tu padre, ¿podrías haber llegado a ser la heredera de la familia Hernández? ¿Podrías

tener esta vida lujosa y extravagante? Hubiera sido mejor nunca haberte dado a luz.

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