Capítulo463

-¡Y al final subestimaste la situación y te dejaste manipular por Beatriz! Si no fuera por mi, que reaccioné rápido para salvarte, tus travesuras en el banquete de cumpleaños de abuelo habrían

sido suficientes para que tanto él como tu padre te repudiaran por completo.

-Soy la hija más querida de papá, ¡cómo puede repudiarme! – Leona se sintió desafiante ante esas

palabras y alzó el mentón en un gesto de desafío.

Ema sintió que la rabia la invadia. Levantó la mano y le soltó una bofetada. -¿Qué te he enseñado

desde que eras pequeña? ¡No tienes permitido desafiarme cuando hablo!

Leona quedó aturdida por el golpe, se cubrió la cara y se encogió, con resentimiento brillando en

sus ojos.

-Ahora estás en complicidad con Jimena, dejándote engañar una y otra vez por esa malcriada que

finge ser inocente. ¡La gran fortuna de la familia Hernández está a punto de arruinarse por tu

culpa!

Ema, acumulando toda la frustración que había sentido en la familia Hernández, arremetió contra

ella. Tú no tienes el intelecto de las mujeres como Jimena. Deberías ser tan obediente como tu

hermana. ¡No vuelvas a avergonzarme de esta manera una y otra vez! Si no fuera por la

discapacidad mental de tu hermana, sus habilidades superarían con creces las tuyas. Si no fuera

por falta de opciones, ¿crees que querría sostenerte de esta manera?

¿Acaso no estaba diciendo que ni siquiera podía compararse con Noa, esa tonta?

Leona estaba llena de odio, pero no se atrevía a discutir. Lágrimas de vergüenza fluían

constantemente de sus ojos enrojecidos.

Ema tiró de Leona, quien seguía llorando, y entró furiosa a la mansión de la familia Rodríguez.

Los sirvientes que se cruzaban en su camino quedaron asombrados y lanzaron miradas curiosas a

la joven de la destacada familia Hernández que había sido noticia en los titulares.

-¿Qué le pasa a Leona con todo ese llanto? ¿Acaso nuestro patroncito la ha estado molestando?

-O acaso ¿será que él la ha dejado embarazada?

-¡Imposible! Aunque mujeriego, nunca permitiría que una mujer cualquiera entre en nuestra casa

y perturbe la vida de la señora y de la señorita.

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–Además, él siempre ha tenido estándares bastante altos. Probablemente no esté interesado en

Leona, su reputación no es para nada buena que digamos.

Leona escuchó los comentarios y se llenó de rabia. Sus facciones se agitaban mientras reprimía

las ganas de explotar.

Pero precisamente estos eran los sirvientes de la familia Rodríguez, y ella ni siquiera podía

maldecir en voz alta. ¡Estaba tan llena de rabia que le dolía el pecho!

-¿Dónde está Isabella? ¡Hazla venir a verme! – Ema le gritó al mayordomo con furia.

-La señora no se encuentra bien hoy. Le ruego que vuelva otro día- El mayordomo respondió con

una sonrisa forzada para excusarse.

-¡Su hija ha acosado a mi hija! ¡Mi hija está al borde de la ruina por culpa de su hija! ¿Creen que

pueden esconderse y evitar las consecuencias? Ema estaba enojada y, como no estaba en su

propia casa de la familia Hernández, decidió desahogarse sin restricciones. -Hoy, su señora tiene

que darme una explicación, jo no me iré de aquí!

-Ema, esto es la familia Rodriguez, no un mercado. Gritar de esa manera aquí no es apropiado- Respondió Isabella tranquilamente.

En ese momento, Isabella, acompañada del brazo de Jimena, descendió lentamente por las

escaleras giratorias. Su actitud digna y elegante, que no mostraba sorpresa ni humillación,

instantáneamente eclipsó a Ema, que provenía de una familia menos acomodada.

Leona, que originalmente estaba considerando cómo recuperar la situación, se desanimó al ver a su suegra soñada y a su madre comportándose de manera tan vergonzosa. El entusiasmo que había logrado encender se desvaneció al instante.

-Isabella, vinimos aquí para obtener una explicación. Aunque la situación sea vergonzosa, no tuvimos más opción- Ema dirigió su mirada de odio hacia Jimena, quien se asustó y se acercó a

su madre. Pero tu hija falsificó las creaciones de joyería de Alexa, puso el nombre de mi hija en

los recibos y le hizo cargar con esa gran culpa. Después de todo eso, ni siquiera ofreció una

disculpa. ¡La manera en que actúa la familia Rodríguez es realmente repugnante!

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