Capítulo658

-Clara.

Alejandro apenas tuvo tiempo de hablar cuando una voz melodiosa sono detrás de él. -¡Lo siento

mucho por llegar tan tarde!

Clara se dio la vuelta apresuradamente y descubrió que era su aprendiz, Celeste. Una sonrisa

iluminó instantáneamente su rostro y su estado de ánimo mejoró al instante.

-¡Celeste! No has llegado tarde en absoluto. Bienvenida. estaba preocupada de que no pudieras

venir debido a la exposición en París- dijo Clara apresurándose a recibirla, ¿Cómo, me iba a perder

esta gran celebración maestra? Me invitaste a celebrar, ¡así que vine enseguida!

En ese momento, Celeste notó a Alejandro se encontraba sentado al lado de Clara. Hizo un gesto

con su rostro juguetón y preguntó: -Maestra, ¿vas a compartir con él? ¿No te resulta molesto?

Clara miró al hombre a su lado con indiferencia y respondió: –Así es.

Alejandro sintió un dolor en su corazón, pero respondió con delicadeza: Clara, si te resulta

molesto verme, es muy sencillo no me mires.

Celeste rodó los ojos con resignación. Este tipo tenía una cara muy dura.

-Estás sentado aquí de manera tan llamativa que incluso si no te miro, puedo sentir tu presencia-

bromeó Clara, riendo por su cuenta.

-Entonces, vende tus ojos- sugirió Alejandro, disfrutando de la linda forma en que ella se

enfadaba.

-Si vendo mis ojos, ¿cómo voy a ver? Clara, que era muy perspicaz, siguió su juego.

-Yo te alimentaré susurró Alejandro con voz profunda, y seductora, inclinándose ligeramente

hacia ella mientras hablaba.

Clara sintió un cosquilleo en todo su cuerpo. Su corazón latía a gran velocidad, y quería alejar la

silla para distanciarse del hombre. Sin embargo, Alejandro adivinó sus pensamientos con

precisión y su gran mano se deslizó rápidamente hacia su cintura, sujetándola suavemente y

evitando que se moviera.

Clara se puso enrojeció de ira, mientras miraba fijamente los profundos y suaves ojos del hombre.

-Alejandro.

Clara agarró con fuerza la muñeca del hombre con su otra mano, apretando los dedos como si estuviera

resistiéndose, pero también como si estuviera respondiendo.

Aunque su mano delicada, no podía sostener su firme muñeca, ella hacía todo lo posible para transmitirle su

determinación, lo que causó un dolor agudo en el corazón de Alejandro.

-Sentarme contigo como solíamos hacerlo antes, compartir una comida normal como un matrimonio común, eso

es algo que siempre he deseado. Pero ahora, siendo sincera, comer contigo

se me hace un poco repugnante.

Alejandro se sintió abrumado por la tristeza, su garganta se cerró y aflojó la mano que sostenía su

cintura, como si toda su fuerza hubiera desaparecido..

-Clara, lo siento mucho, no pensé que te sintieras tan herida.

-No digas esas palabras deprimentes; arruinarán el buen humor.

Clara estaba lidiando con una gran contradicción interna, pero no quería seguir discutiendo. – Ya

que estás aquí, siéntate.

Su actitud estaba un poco fría.

Sin embargo, Alejandro todavía tenía la esperanza de aprovechar la oportunidad.

-Maestra, acabo de encontrarme con un idiota en el camino, ¡me sacó de quicio! – Celeste cambió

con gran agilidad de tema, cuando notó la tensión entre la expareja, tratando de distraer la

atención de Clara..

Alejandro tomó sigilosamente un sorbo de agua de su copa.

Celeste, la destacada diseñadora de moda nacional, solía mostrarse orgullosa y distante en público,

¿cómo podía ser tan brusca y hablar con tanta frescura y sin restricciones frente a Clara?

-¿En serio? Cuéntame más, quiero escuchar que tan idiota puede ser este tipo- dijo Clara,

animada, parpadeando.

Alejandro se cubrió la boca, a punto de toser en voz alta.

-Recién, acabo de tener un accidente con este idiota en la carretera.

Tanto Clara como Alejandro se quedaron boquiabiertos.

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