Capítulo 712

Clara vio la expresión evasiva en el rostro de su abuelo, y supo que este asunto podría tocar temas

delicados en ia familia Hernández. Hacer más preguntas sería una falta de respeto.

Ella siempre había sido una persona que sabía en qué momento detenerse, pero este asunto

involucraba a Alejandro y, sorprendentemente, no pudo evitar preguntar sin rodeos: -Abuelo, ¿la

relación entre Alejandro y Álvaro está tensa? ¿Está relacionada con el secuestro de su juventud?

Abuelo ese es detalle de la tensión entre los hermanos.

Los ojos de Fernando se agudizaron, repentinamente mientras la miraba asombrado. -¿Sabes

sobre el secuestro de Alejandro?

-Lo siento, abuelo, no fue mi intención averiguarlo-dijo Clara con la garganta seca y después de

pensarlo por un momento, continuó en voz baja, -Alejandro mencionó algo sobre su hermano

mayor y dijo que encontraría un momento adecuado para contarme la verdad, sin ocultarme nada.

En ese momento, discutimos y no quería que me lo dijera. Sin embargo, no pude contener mi

curiosidad, así que investigué por mi cuenta ese asunto.

Después de escuchar esto, Fernando vio que su rostro cambiaba de expresión, reflejaba una gran

vergüenza. La antigua Clara, con su piel fina y su gran timidez, en este momento era una mujer

muy sagaz e inteligente, que había averiguado algo muy delicado.

Esto era algo bueno. Significaba que esta joven ya no se resistía a Alejandro como antes e incluso

había comenzado a sentir curiosidad por él. Sus relaciones anteriores se estaban suavizando.

-Irene, si Alejandro está dispuesto a contarte su pasado, significa que realmente no te considera una extraña, sino

que es completamente sincero contigo-suspiró Fernando, sintiéndose incómodo

al recordar el pasado.

-Cuando mis dos nietos eran niños, fueron secuestrados juntos por un grupo de criminales. En ese

momento, esos secuestradores eran conocidos en la sociedad por ser muy salvajes y sanguinarios,

cometiendo todo tipo de delitos como tráfico de drogas, asesinatos y robos a bancos. Habían

secuestrado a más de una docena de hijos de familias ricas en todo el país.

-Lo sé, ¿te refieres al líder del crimen, Hilario Larios? Clara también había oído hablar del grupo de Hilario, gracias

a lo que María le había contado. Hilario solía ser un pequeño lugarteniente, bajo las órdenes del padre de María,

pero luego se independizó debido a sus ambiciones desmedidas. En ese momento, Hilario había sido especialmente

arrogante y desafiante, amenazando abiertamente a la policía con que cesaría sus actividades; solo si lograba

reunir una suma de

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Cuando Hilario fue arrestado hace dieciocho años, los principales medios de comunicación

informaron ampliamente sobre el arresto, y, sorprendentemente, Hilario incluso sonrió frente a las

cámaras. Fue un momento de indignación para muchas gran cantidad de personas que habían

sufridos sus vilezas.

María habia dicho una vez que lo que su padre lamentaba más en su vida era no haber matado a

Hilario cuando tuvo la gran oportunidad de hacerlo.

-Si, exactamente a él.

Fernando se apoyó la frente con desdén. -En ese entonces, Enrique y yo, a pesar de nuestras

precauciones, nunca imaginamos que Hilario secuestraría a mis dos nietos.

El corazón de Clara se estrujó al escuchar esto y preguntó en voz baja: -¿Y luego qué pasó?

-Álvaro y Alejandro fueron secuestrados por la banda de Hilario, que nos exigía una suma de

rescate de dos mil millones de pesos por cada niño. ¡Veinte mil millones en total! En aquellos días,

esa cantidad equivalía a cien mil millones en la actualidad. Sin embargo, ni siquiera parpadeé,

estábamos dispuestos a pagar cualquier cosa para recuperar a nuestros nietos. Pero Hilario era

astuto y traicionero, trasladaba repetidamente el lugar de la transacción, burlándonos. Álvaro y

Alejandro estuvieron cautivos durante un mes entero, pero no nos atrevimos a llamar a la policía.

El miedo nos tenía atrapados y, lo único que interesaba era la libertad de nuestros nietos.

Fernando bajó la mirada, sacudiendo la cabeza con dolor. -Después de eso, Alejandro logró

escapar de ese nido de bandidos a pesar de todas las dificultades. No podía creerlo, un niño de once

años escapando por sí solo, de ese terrible encierro.

-¿Escapó por si solo? -Clara estaba atónita y sus hermosos ojos se abrieron con sorpresa. -A esa

edad y enfrentando a tantos bandidos violentos, ¿cómo podría escapar por sí solo? Alguien debió

ayudarlo, ¿verdad?

-Fue Álvaro-respondió Fernando..

Clara inhaló bruscamente una bocanada de aire frío.

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