CAPÍTULO 20

AHORA SERÁ MÁS DIFÍCIL.

-Señor, me mandó llamar……. -Hakim alzó el rostro, no había dejado de estar al lado de su hijo, mientras un

hombre de seguridad se metió despacio a la habitación.

-Pasemos a la sal, no quiero despertar a Omar…..

Algunas enfermeras entraron, básicamente ellas y el personal médico se estaban haciendo cargo del bebé, y

él llevó a su guardia de confiabilidad a un extremo del salón.

-Necesito que te pongas en una tarea importante.

-Si señor, escucho.

-Investiga a las criadas, mayormente a Laya, la persona que ha estado con Rania desde que el bebé nació. Quiero que lleves personal de confianza a la cocina, que investigues quién entra y sale, y quién se inmiscuyó en el tiempo de la alimentación de mi hijo…

Mahir asintió.

-En conclusión, todas las personas en este palacio, a excepción de mi madre, serán investigadas por tu

personal.

-Sí, señor, lo he entendido -Y antes de que Mahir se retirara, él le tomó el brazo.

-Nadie puede entrar a esta habitación, coloca hombres a su alrededor… y cuando digo nadie, es nadie… solo yo entraré, y el personal médico con el que hablaré en un rato.

Mahir salió disparado a colocar todo en orden para el plan, mientras Hakim miró el amanecer.

Estaba irritado, quería dormir, pero se rascó los ojos. También estaba pensativo, las palabras de Rania no

salían de su cabeza.

«Tu segunda esposa murió de la misma forma que yo iba a hacerlo… ¿Es una casualidad? No lo creo… alguien quiere dañar a Omar y a mí… ¡Por favor, escucha!>>

-Señor… he traído a la persona que me dijo ayer… -era otro guardia, y allí estaba esa criada temblando de pies a cabeza.

Laya.

-Déjanos solos…

Laya ni siquiera se atrevió a mirarlo a los ojos.

-Bien, habla… -ella negó.

-¿Qué quiere que le diga, señor?

-¿Quién te envió a dañar a mi hijo? -Laya levantó la cabeza y negó con lágrimas en su cabeza.

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-Nunca haría eso, señor… lo juro.

-¿Rania te mandó hacer algo? -Laya negó de nuevo.

-No ella ama al príncipe Omar… no haría tal cosa.

-Entonces dime… -Hakim se puso más exigente cuando alzó la voz y se acercó otro paso-. Puedo describirle todo, no tengo permitido ir a la cocina, no puedo despegarme de Omar por órdenes de la señora Rania, ella no quiere que lo deje solo. Su alimentación no depende de mí. Usted lo sabe, señor, las criadas se

dividen por sectores…

Hakim apretó la mandíbula.

-¿Puedes reconocer a las criadas que te traen el biberón? -Laya asintió.

-Sí, son tres diferentes… ellas recogen los biberones, no todas pueden entrar a la habitación…

Hakim se quitó de su lugar y caminó agitado, mandando llamar a un guardia.

-Llévala con Mahir, y que le diga todo lo que me dijo a mí, por ahora que se quede en los cuartos de servicio

Laya se fue de inmediato con el guardia, y él desajustó su botón, pero antes de entrar nuevamente a la habitación de su hijo, Zulema hizo acto de presencia.

-¿Cómo sigue? -Hakim estaba a punto de negar en el momento que el médico salió de la habitación.

-Buenos días, majestad… me dijeron que quería hablar conmigo.

Hakim asintió.

-Quiero que sepan que por ahora son los únicos que están a cargo de Omar. Cualquier cosa que deba decir, solo debe informármelo a mí.

El médico asintió.

-De acuerdo señor, no haremos exámenes hasta después de tres días, solo así sabremos si está respondiendo al tratamiento.

Hakim lo despidió, y luego miró a su madre.

-¿Dónde está Rania? Se supone que debería estar aquí con su hijo.

Hakim apretó la mandíbula.

-La dejé en una habitación, alejada de esta.

Zulema frunció el ceño.

-No debería. Es la madre del niño, y él va a estar más incómodo, sabes que no se ha despegado de él desde que nació, puede que esto haya sucedido por su descuido, pero no creo que ella misma haya hecho esto. Y Rania es astuta, no tonta.

-Espero que no, solo estoy enojado con ella. Además, ella confió mucho en esa criada.

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Zulema tomó el aliento.

-Ha hecho el mérito para desconfiar, no digo que la traigas y confíes, únicamente es mejor tenerla cerca que lejos. A veces me confunde esa mujer…

Hakim lo podía entender, estaba más confundido que todos, porque podría jurar que había visto cambios en

ella en este último mes…

En la habitación, Rania caminaba de un lado a otro, incapaz de soportar la idea de estar separada de su hijo en un momento tan crítico. Su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una forma de convencer a Hakim de su inocencia.

Solo había pasado una noche, y ella estaba enloqueciendo.

Ella estaba agitada en el momento en que tocaron la puerta, y se pegó a la pared al ver a un guardia.

-Señora, Rania, el rey ha dicho que puede salir de esta habitación, e ir a la suya……. —Ella pasó un trago.

-Iré a ver al bebé…

-No puede, nadie tiene ingreso. Solo el personal médico, y el mismo Emir.

Su mandíbula tembló significativamente, estaba destrozada, Omar era su hijo y no se había despegado de él desde que nació. Sin embargo, salió de la habitación y caminó por los pasillos, perdiendo de vista al guardia.

Ella se metió a uno de los baños comunes, se lavó la cara y tomó una aspiración.

Volvió a los pasillos, y se metió a un salón para ver si podía acortar el camino, y antes de cerrar la puerta, escuchó unos murmullos, así que se quedó quieta.

-Ahora será más difícil…

-Totalmente. Literalmente tiene resguarda esa parte del ala del palacio, nadie puede entrar -Rania pasó un trago rápido, podía jurar que era la voz de Adilá y de Yassira, pero no podía estar usar solo esas palabras.

-Debemos tener más cuidado a partir de ahora.

-Lo tendremos -Respondió Yassira-. Que hiciste con las gotas…

Rania puso la espalda en la pared, y tapó su boca. Si no se controlaba iban a escuchar su respiración agitada.

-En mi habitación.

-Desaparécelas…

-Lo haré… ¿Has visto a Samir?

-No, se desaparece, y me encantaría saber en qué se mete a veces… -Rania miró por la línea, Alina parecía molesta por el comentario de Yassira, y casi corrió de nuevo al pasillo, cuando notó que iba a salir, se metió al baño de nuevo, se mojó las manos, y volvió a salir.

Incluso casi se estrelló con ella.

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Adilá iba a soltar una queja, pero cuando la vio, se quedó mirándola como si recordara la última cena.

-Señora Rania… -hizo una reverencia absurda-. Espero que Omar esté mucho mejor, todos rezamos por

eso…

Rania apretó los dientes, y notó que alguien venía cuando Adilá se apresuró.

-Espero que su descuido no pase a mayores…

Quería tomarla de los pelos y arrastrarla por el pasillo, y eso haría si descubría que esas dos tenían que ver

con lo que le pasó a su hijo, sin embargo, en el momento en que iba a decirle cualquier cosa a Adilá, el mismo hombre que la buscó volvió a aparecer.

-Señora Rania, debo acompañarla hasta su habitación…

Era el momento de mantener la calma, si no, ella perdería de todas las formas, y no quería dejar al rey solo en esto… no a ese hombre que, pese a como era Rania en el pasado, no dudaba en protegerla siempre, y ella se había dado cuenta de eso…

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