Tras mi renuncia el CEO luchó por mi amor por Isa Melodía -
Tras mi renuncia el CEO luchó por mi amor Capítulo 49
Capítulo49 No seré sú amante
Cuando Ximena estaba a punto de salir con sus maletas, un Maybach se acercó. Alejandro, que estaba dentro del auto, vio de inmediato a Ximena detenida en la puerta con su equipaje.
Él salió del auto y se acercó a Ximena con una mirada seria.
-¿Dónde vas?
La respuesta de Ximena fue tranquila y fría.
-Señor Méndez, dado que ya ha tomado una decisión, por favor, considere cuidadosamente mis palabras.
Alejandro miró sus maletas y sonrió irónicamente.
-¿Considerar permitirte irte?
Ximena levantó la mirada con una expresión imperturbable y fría.
-Si.
El rostro de Alejandro se oscureció.
-¿Estás tan ansiosa por estar con tu doctor Fonseca?
Para evitar que Alejandro pateara su equipaje, Ximena fusionó ambas maletas detrás de ella.
-Señor Méndez, puede pensar lo que quiera. Como dije antes, no seré una amante, incluso si usted se compromete en un mes. No seré su amante.
Sus palabras hicieron que la respiración de Alejandro se agitara.
-¿Cómo sabes que me comprometeré en un mes?
Ximena sonrió irónicamente.
-¿Olvidaste las palabras que dijiste con tu propia boca? ¿Necesito proporcionar nuevamente el lugar y la hora?
Ximena habló con sarcasmo y, frente a otros hombres, mostraba todas sus emociones. Pero ante él, siempre tenía esta actitud fría que lo exasperaba. Ella era experta en herirlo con sus palabras.
Alejandro avanzó un paso más hacia Ximena, con una mirada helada en sus ojos.
-¿Terminar el contrato? Ximena, ¿puedes soportar el costo de terminarlo?
Ximena respondió:
-No puedo soportarlo, pero…
-¡Ximena! -Alejandro la interrumpió bruscamente. El contrato terminará en el último mes.
La voz del hombre era tan fría que no permitía réplicas. Un mes podía parecer largo o corto, dependiendo de cómo se viera.
Sin embargo, Ximena no quería desobedecer el último deseo de su madre.
-Bueno, Señor Méndez, puedo intentarlo.
Cuando Ximena pensó que Alejandro finalmente podría ceder, escuchó una fría risa desde arriba. Así que, ¿dejarás que el asesino de tu madre salga impune, verdad?
Ximena apretó los dientes, ¿la estaba acusando de ser negligente?
Ella no tenía pruebas y él iba a comprometerse con esa persona, brindándole protección.
Intentó sondear:
-Señor Méndez, ¿a qué se refiere con eso?
Alejandro la miró fríamente y le dijo:
-Si no entiendes, ve a comer. Después de comer, tómate tu tiempo para pensar.
Era una salida y también su última oportunidad. Sin necesidad de que Alejandro lo explicara completamente, Ximena podía entenderlo. Si ella cooperaba, él se encargaría del asesino.
Ahora, Ximena se sentía intrigada, ¿qué haría Alejandro si supiera que la asesina era Manuela? ¿La cubriría con una excusa y miraría hacia otro lado?
Ximena apretó los labios y preguntó nuevamente:
-¿Y si insisto en no quedarme?
Las palabras apenas salieron de su boca cuando Alejandro dio un paso hacia ella y sujetó su barbilla bruscamente.
-Entonces, haré que tu doctor Fonseca desaparezca de Reinovilla esta noche.
-¡Alejandro! ¿Por qué siempre afectaba a personas inocentes?
Ximena lo miró con enojo. ¿Doctor Fonseca, doctor Fonseca? No había nada entre ella y el doctor Fonseca. ¿Por qué siempre mencionaba al doctor Fonseca?
No hay nada “inocente” entre ustedes dos dijo el hor
dirigirse hacia la villa.
Justo antes de entrar, agregó:
-Decidete por ti misma.
Ximena estaba furiosa pero se sentía impotente para resistir. Sabía que Alejandro era alguien que cumplía sus palabras.
Manuela recibió una llamada y después de colgar, casi rompió todo en la habitación del hospital de la ira.
Sus padres adoptivos nunca la habían visto tan enojada y se quedaron en un rincón sin atreverse a decir nada.
Manuela miró fijamente la venda alrededor de su muñeca. Había soportado el dolor para ganarse la compasión de Alejandro y había logrado que la colocaran en la cama al lado de Ximena. Todo esto con la esperanza de que Ximena se diera cuenta de que tenía la confianza de Alejandro.
Sin embargo, nunca se imaginó que Ximena estaría embarazada del propio Alejandro. ¿Acaso Alejandro sabía de su embarazo y por eso no la dejaba irse? Parecía que necesitaba encontrar una oportunidad para probarlo.
¿Y si ella también pudiera quedar embarazada de Alejandro? Entonces, el bebé en el vientre de Ximena no sería tan especial.
Manuela reflexionó por un momento y luego recordó algo. Envío un mensaje a
Fabio:
-Fabio, te extraño. ¿Cuándo podías venir a verme?
Una tarde, varios días después, Ximena recibió un correo electrónico informándole que había pasado la primera ronda del concurso de diseño de moda en línea. Sin embargo, la emoción inicial que solía sentir al ser seleccionada ya no estaba presente en el corazón de Ximena. En aquel entonces, lo hizo por su madre y su hijo, pero ahora solo tenía a su hijo.
Ximena revisó la fecha de la segunda ronda del concurso antes de cerrar el correo electrónico. De repente, su teléfono sonó, y al ver que era Simona, respondió de
inmediato.
-¡Xime! ¡Baja rápidamente! ¡Ha ocurrido algo! -la voz angustiada de Simona
+16 BONUS
se escuchó al otro lado.
Ximena preguntó calmadamente:
-¿Qué ha sucedido?
Simona respondió con urgencia:
-Tu padre está aquí, justo afuera de la empresa. Antes de que cause problemas, por favor, ve y expúlsalo.
Ximena frunció el ceño al escuchar esto. ¿Por qué su padre había aparecido tan temprano en la mañana?
-Entendido, bajaré de inmediato dijo Ximena antes de colgar y dirigirse hacia abajo.
Capítulo50 No salgas del restaurante
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