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Ultimas 240

Capítulo 240

En mi corazón, él siempre había sido un caballero.

Aunque después de casarnos hizo muchas cosas desagradables, pensaba que, aparte de eso, tenia un fuerte sentido moral.

Pero estaba totalmente equivocada, ¿dónde estaba ese sentido moral?

Solo lo tenía cuando no afectaba a sus intereses ni a los de su amante.

En cuanto sus intereses se veían comprometidos, los demás se convertían en chivos expiatorios, y él incluso pensaba que todo eso estaba justificado.

Me pareció captar una emoción extraña en los ojos de Jonathan, pero ya no me importo.

“Jonathan, Chiara, me dan asco.”

Aunque tuviera amnesia, realmente no podía seguir viviendo con él.

Incluso verlo me provocaba náuseas.

Después de sentir arcadas, Jonathan finalmente habló.

“Iris, no hables sin saber, ni siquiera sabía que este lugar aún era tu hogar. No tengo idea de qué documentos hablas, ¡Parece que estás buscando problemas sin razón! El prestigio del Grupo Vargas ya está por los suelos, ¿podrías dejar de hacer escándalos, por favor?”

Su tono estaba lleno de reproches, como si al no cargar con la culpa, yo estuviera equivocada. Como si debiera darlo todo incondicionalmente para que el fuera feliz con Chiara.

Pero ¿por qué debería?

Respiré hondo y luego miré a Chiara.

“¿Estás segura de que no sabes nada? ¿Segura de que nunca has estado aquí? Si llamo a la policía, ¿estás segura de que no encontrarían tus cabellos, huellas dactilares o ADN?”

Chiara de repente se escondió detrás de Jonathan, quien se enfureció inmediatamente.

“Iris, ¿es que solo sabes acosarla? Ella ha vivido en la opulencia desde pequeña, no tiene tantas malicias como tú. Sé que tu entorno desde pequeña te ha hecho desconfiar de los demás, pero no puedes difamar así a Chiara.”

Justo cuando estuve a punto de estallar, Jonathan volvió a hacer de las suyas, dejándome sin palabras.

Otra vez volvió a confundirse de persona, siempre era así.

Parecía recordar todo sobre mí, solo que no podía asociarlo con mi rostro.

No sé qué parte de su cerebro estaba mal, ¡Debería cortar esa parte y ya!

Respiré profundamente, tratando de calmarme.

“Jonathan, si me echan la culpa de todo esto, podría terminar en prisión, por lo menos diez años… ¡Todo esto no tiene nada que ver conmigo!”

Él ni siquiera me miró a los ojos, solo se fue abrazando a su amada y dejó la casa.

En ese momento me desplomé, cayendo hacia atrás.

Violeta me sostuvo con fuerza, y con su voz algo temblorosa, me dijo, “No te desmayes, aún nos queda mucho por hacer. Iris, ¡yo te ayudaré!” Luego me llevó de vuelta al hospital, diciéndome que buscaría pruebas.

Pero, ¿qué pruebas podría encontrar? Jonathan era el dueño de la casa, naturalmente podría destruir muchas pruebas.

De repente, ya no quise volver a esa casa, definitivamente el apartamento de mi madre era mejor.

Aparte de ese apartamento, ya no tenía otro hogar. Cuando Estrella se enteró, empezó a regañarme por teléfono.

Fue la primera vez que la escuché insultar a alguien de esa forma, parecía que estaba en la oficina, así que colgué rápidamente.

Ella todavía tenía que seguir trabajando en el Grupo Vargas, no podía dejar evidencias.

No sé si alguien de la administración quiso aprovechar el escándalo, pero subieron a internet el video de Jonathan llevándose cosas con su amante. No solo había fotos de Jonathan abrazando a Chiara, sino también de la policía.

De pronto, la opinión pública volvió a caer sobre el Grupo Vargas.

Jonathan me llamó varias veces, pero yo simplemente desvié las llamadas.

Al parecer ya no teníamos nada de qué hablar.

Si él insistía en echarme la culpa, solo me quedaba luchar hasta el final.