Capítulo 123

Después de que Rafael se fue a trabajar Soffa preparó el desayuno. Los dos pequeños se vistieron por su cuenta, se cepillaron los dientes y se lavaron la cara antes de bajar las escaleras.

Los tres se sentaron en la mesa del desayuno, donde disfrutaron de leche de soja, empanadas fritas y huevos estrellados. Mientras comian, Sofia dijo: “El bisabuelo llamó y nos invitó a comer a su casa. ¿Que tal si vamos a la casa del bisabuelo después del desayuno? El extraña mucho a Leo y Noe.”

“Está bien, mamá. Yo también extraño mucho al bisabuelo, dijo Noelia, hablando con la boca llena de huevo estrellado.

“Noe, come más despacio.” Sofia realmente se preocupaba de que ella se atragantara.

En comparación, su hijo comía de manera mucho más elegante, algo que realmente heredó de Rafael. Leo siempre había sido muy caballeroso desde pequeño, siempre terminaba de comer con la ropa limpla, a diferencia de su hermana, que parecia un desastre después de comer.

“Mamá, yo también extraña al bisabuelo. Quiero jugar ajedrez con él otra vez. Dijo Leonardo emocionado al escuchar que irían a la antigua casa. Su madre y su madrina no eran rivales para él en el ajedrez, y mucho menos Noe. Solo le resultaba emocionante jugar con el bisabuelo.

Después del desayuno, Sofia limpió los platos mientras Leonardo y Noelia recogian los juguetes que querian llevar, cada uno con su mochila al hombro. Los tres tomaron un taxi hacia la antigua casa,

Cuando estaban llegando, Sofia llamó al anciano, asi que justo cuando el taxi doblaba la esquina para ver la entrada de la casa, pudieron ver a tio José y al abuelo Isaac esperándolos en la puerta

El taxi se detuvo y Leonardo y Noelia bajaron corriendo: “Tengan cuidado y no se caigan,” les gritó Sofía desde atrás.

“Lo sabemos, mamá.” Los dos pequeños respondieron mientras se dirigían comiendo hacia su bisabuela: “Bisabuelo, ya llegamos!” Jajaja. Muy bien, muy bien. El bisabuelo ya lo sabía, por eso estaba esperando aqui. Les prepare muchas cosas deliciosas. Vamos adentro, dijo el abuelo Isaac, llevando a los dos pequeños de la mano hacia dentro.

“Señorita Sofia, buenos dias.” Dijo el tio José la saludando respetuosamente.

Sofia sonrió y asintió con la cabeza.

Dentro de la casa, Leonardo se sentó para jugar ajedrez con el bisabuelo, mientras Noelia observaba la partida a su lado.

Sofia había recibido información sobre la escuela de su asistente Ramón esa mañana y sacó su teléfono para llamar a Camila, para ver si tenía tiempo para acompañarla a ver la escuela y también algunas casas cercanas.

Justo cuando sacó su teléfono, le llegó una llamada de Daniel. Sofia se dirigió hacia el jardin para contestar a la llamada.

“¡Hermano Dani!”

“Sofi, he vuelto de la Capital a San Berat. En un par de días/planeo hacer un viaje a Ciudad Nube. ¿Dónde se encuentran ustedes? Asl paso a visitar a Leo y Noe”

“Hermano Dani, no hemos vuelto a Ciudad Nube, seguimos en San Berat.”

“¿Ha pasado algo?” Preguntó Danjel, un poco preocupado. Después de todo, al recordar la experiencia previa del secuestro de Leo y Noe, se sintió aún más preocupado

“No, estamos bien, es… es que el papá de Leo y Noe se enteró de su existencia.” Sofia comenzó a explicar,

“Así que te reconciliaste con el Sr. Amorós?La voz de Daniel sonaba un poco apenada.

“No, en realidad me casé con él por presión de mi abuelo, así que… solo quiero estar cerca de Leo y Noe.”

“Ya que se encuentran en San Bernat, ¿qué les parece si les invito a comer hoy? ¿Tienen tiempo?”

*Tenía planes de quedar con Camila para ver la escuela a la que irán Leo y Noe.”

Hoy estoy libre, así que puedo acompañarlos a verla, ¿dónde te recojo?”

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