Capítulo 150

Simón había dicho que papá estaba de viaje por trabajo, quizás estaba muy ocupado y no podría volver. “¿Está bien si madrina los llevan al jardin infantil?” pensó Sofía, asumiendo que Rafael probablemente no lograría regresar a tiempo.

y tu

Noelia debió pensar que su papá la estaría esperando en la entrada del jardín infantil, por eso, apenas terminó su desayuno, se mostró ansiosa por ponerse su mochila y salir tirando de su mamá y su hermano hacia la puerta.

Justo cuando estaban por salir, escucharon el sonido de un auto.

Noelia corrió a abrir la puerta, y era Camila quien había llegado conduciendo.

Leonardo la siguió y, con una sonrisa, dijo: “Madrina, llegaste“.

“Si, es su primer día y quería asegurarme de llevarlos“.

“Gracias, madrina“.

Camila levantó la vista hacia Noelia, quien estaba detrás de Leonardo haciendo pucheros, aparentemente no muy

“¿Qué pasa, Noe? ¿No estás contenta en tu primer día de escuela?” preguntó Camila.

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feliz.

Leonardo explicó por su madrina: “Creo que esperaba que la acompañara papá, por eso está un poco decepcionada“.

¿Así que si está papá, ya no quieres a tu madrina?” Camila bromeó con Noelia, sonriendo. “No, madrina, es que papá había prometido venir, pero no regresó anoche“. Explicó Noelia. “Tal vez esté esperandote en la entrada de la escuela“, consoló Camila al ver su desilusión.

Noelia inmediatamente sonrió.

“Yo también lo creo, papá seguro ya está esperándonos allí. Madrina, vamos rápido“.

Sofía miró a su hija con ternura, les abrió la puerta del auto, y los tres se acomodaron en la parte trasera mientras Camila conducia

hacia la escuela.

Al llegar, como no podían entrar en auto al recinto, Camila estacionó en el aparcamiento de la entrada.

Al bajar, Noelia comenzó a buscar a su papá, pero después de un rato sin encontrarlo, se resignó a la idea de que realmente no habia

venido.

Después de dar algunas vueltas y ver que casi todos los niños ya habían entrado con sus padres, el lugar se quedó casi vacío. Noelia finalmente aceptó que su papá no había venido.

Sofía se acercó y–se agachó para consolarla: “Noe, ¿vamos adentro? Papá seguramente tuvo otro compromiso y no pudo venir. Habrá otros días para los padres, y entonces vendremos todos juntos, ¿te parece bien?”

“Noe, vamos“, dijo Leonardo, uniéndose al consuelo.

“Está bien“, respondió Noelia cabizbaja, siguiendo a su mamá, su hermano y su madrina hacia la escuela.

Noelia y Leonardo estaban en la misma clase. Primero fueron a conocer a los otros niños con sus padres esperando afuera. Luego, los maestros los llevaron a reunirse con sus familias para hacer un recorrido por la escuela. Al final, hubo actividades para padres e hijos en el patio, con juegos y competencias en las que todos podían participar, y los primeros tres lugares recibían premios.

Sofía y Camila acompañaron a Noelia y a Leonardo a través del recorrido por la escuela, admirando las avanzadas instalaciones y el hermoso entorno, concluyendo que tener recursos realmente marca una diferencia.

Después del recorrido, se dirigieron al campo de deportes. Leonardo participó en una competencia de rebote de pelota con su mamá, y Noelia en una carrera de tres pies con su madrina.

Leonardo y su mamá compitieron primero, con Noelia y su madrina animando a su lado. Noelia estaba especialmente entusiasmada, y su hermano y mamá lograron el segundo lugar, gracias principalmente a la habilidad de Leonardo.

Al ver a su hermano y su mamá recibir un premio, Noelia saltó de alegría. Entonces, al girar, vieron a Rafael acercándose lentamente desde un lado.

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