Capítulo 158

Ella siempre supo que Noe estaba muy apegada a Rafael y también le gustaba mucho, por lo que aún no sabía cómo decirle a su hija que se iban a mudar, a vivir separadas de papà.

No sabia cómo explicarlo para que la pequeña pudiera aceptar esa situación.

Rafael, al ver la expresión de Indecisión en el rostro de Sofia, sospecho algo. Noe siempre había estado muy unida a él, probablemente Sofia todavía no sabia cómo abordar el tema con la niña.

Yo hablare con Noe al respecto“, dijo Rafael.

O

Sofia se sorprendió aún más, no entendía como Rafael habia cambiado tanto esa vez. Era raro que no se enojara porque ella se llevase a los niños, ya que de esa manera, ya no podria ver a los niños todos los días, algo que él probablemente había resentido antes, razón por la cual se habia enojado.

Dado que él estaba dispuesto a dejar que se llevara a los niños y además se ofrecía a hablar con Noe, eso era lo mejor.

“Está bien, gracias“, dijo Sofía.

“Antes de la mudanza, Simón y Ari vendrán a cenar, te agradecería que prepararas algo. Si necesitas ingredientes, yo los compraré. David y Oscar siempre han querido ver a Leo y Noe, y justo David está de vuelta en el país estos días, todos estarán presentes.” Sugirió Rafael.

“Está bien.” Sofia sabía que los hermanos eran muy unidos y que querían ver a Leo y Noe porque les tenían cariño, así que por supuesto no se opondria.

Al ver que ella aceptaba, Rafael entonces dijo: “Entonces este sábado.”

“Está bien.” Sofia asintió en acuerdo.

Anteriormente, Sergio y Simón disfrutaban ir a casa de Rafael a comer, así que ella estaba bastante familiarizada con sus gustos; no sería dificil preparar algo.

Después de comer, Sofía se encargó de limpiar los platos y llevarlos a la cocina, mientras que Rafael subió las escaleras.

Sofía tardó un poco al cocinar, así que después de limpiar, subió a leer un libro de diseño. Sin embargo, aún no había terminado cuando ya era hora de recoger a Leonardo y Noelia de la escuela. Se puso su abrigo, bajó las escaleras, y justo cuando llegó al vestibulo, escuchó cómo se abría la puerta del estudio y Rafael salía con las llaves del coche en la mano.

Al ver a Sofía, él tomó la iniciativa de decir: “¿Vas a recoger a Leo y Noe? Vamos juntos en el coche.”

Sofía, pensando que ya habían aclarado las cosas y que él había aceptado su mudanza, la cual podría suceder la próxima semana, no se negó y siguió a Rafael al coche.

Se sentaron en el coche, Rafael conducía su habitual Rolls–Royce negro, y aún colgaba el amuleto de la suerte que ella había conseguido antes; no esperaba que él lo conservara.

El viaje fue silencioso, creando un ambiente un poco incómodo para Sofía, pero afortunadamente el jardín de infantes no estaba lejos. Quince minutos después, estacionaron frente al jardín de infantes. Bajaron del coche y se unieron a la fila para recoger a los niños. Leonardo y Noelía, de la mano, también estaban en fila, y al ver a sus padres juntos para recogerlos, ambos se emocionaron mucho, saludando a Rafael y Sofía desde la fila.

Noelia incluso gritaba: “¡Papá, mamá!”

Siguiendo el orden de las clases, una a una salían por la puerta principal.

Finalmente, fue el turno de su clase, y los niños no podían esperar para correr hacia sus padres.

La familia de cuatro se quedó en la entrada, atrayendo miradas de los transeuntes.

Los cuatro subieron al coche, Sofía y los niños se acomodaron en la parte trasera. Con los pequeños a bordo, el ambiente se volvió mucho más animado. Leonardo y Noelia compartían con entusiasmo sus experiencias del primer día oficial de escuela con sus padres.

En ese momento, la familia de cuatro disfrutaba de una armonía única.

арниго

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