Capítulo 310

“Asi que cuando Ari se graduó, terminó completamente borracha. La arrastre a casa; y justo nos encontró mi hermano, preguntándome qué había pasado, por qué habia bebido tanto. Pensé que con desviar la conversación sería suficiente, pero entonces Ari empezó a gritar, preguntando por qué no le gustaba.

En un momento de pánico, inventé que Ari estaba enamorada de un chico de nuestra clase, que él no sentia lo mismo por ella y que, además, se había ido del país después de graduarse. Por eso Ari estaba tan triste y había bebido demasiado.

Recuerdo cómo mi hermano frunció el ceño, sin decir una palabra, antes de bajar las escaleras“.

Adela sonreía torpemente, recordando después de un rato a quién se referia su hermano con esa historia inventada sobre el chico que en realidad no existía.

“Um… supongo que si, yo… realmente no estoy segura, respondió Adela con precaución.

“Ustedes dos siempre están juntas, ¿cómo es posible que no sepas si Ari tiene algún problema”

“Jeje, hermano, esas cosas son dificiles de decir, sabes”

“Deja, no entiendo las cosas de las chicas jóvenes. Me voy, tú también deberias dormir pronto.” Oscar, sosteniendo su taza, salió de la habitación de Adela, quien finalmente respiró aliviada y se sentó en la cama.

Se preguntaba si su hermano realmente se casaría con Laia. ¡Ay, cómo puede ser tan complicado gustar de alguien!

Al día siguiente, cuando Ariana despertó, notó que llevaba puesta ropa limpia y que no estaba en su habitación, sino en la de Adela. Recordaba vagamente lo sucedido la noche anterior, sabia que Oscar y Simón habían venido a rescatarlas,

Las cortinas de la habitación estaban tan cerradas que era imposible saber si era de dia o de noche. Adela no estaba, así que debía haberse levantado ya. Probablemente ya era tarde.

Ariana se apresuro à levantarse, ir al baño para lavarse y cambiarse su ropa, la ropa de ayer debió haber sido lavada y secada por Adela, ya que estaba colocada en la cabecera de su cama.

Después de arreglarse, abrió la puerta de la habitación y escuchó risas y conversaciones provenientes del piso de abajo.

Ariana se quedó paralizada en su lugar, apretando la mano en el pomo de la puerta.

Había visitas y Oscar también estaba en casa. Escuchó a tia Jiménez llamar a la chica ‘Laia‘ con mucha calidez.

Ariana tomó una profunda respiración, practicó su sonrisa unas cuantas veces antes de lograr que se viera natural y bajó las escaleras.

En la sala de la familia Jiménez, una chica con largo cabello ondulado castaño y un elegante vestido largo estaba sentada charlando amigablemente con la madre de Óscar. Óscar estaba sentado frente a ellas, sorbiendo té y acompañándolas.

La chica tenía una sonrisa encantadora, alta y esbelta, con maneras refinadas y elegantes. Su piel era como el jade, y cada gesto y sonrisa revelaban su gracia innata, propia de una dama de alta sociedad.

Era ella, la chica con la que Óscar habia tenido una cita a ciegas antes.

Ariana entró al salón y saludó a todos, Tía, Óscar

Luego sonrió y asintió ligeramente hacia la chica en el sofá.

Óscar notó que ella había bajado con zapatillas y funció el ceño ligeramente, luego hizo señas a un empleado para que le trajera unas pantuflas de algodón para que se las pusiera.

Laia observaba la escena sin decir nada, preguntándose en silencio quién sería Ariana

¿Sería ella la persona que le gusta a Oscar? Aunque solo lo habla visto unas pocas veces, conocía su atención al detalle, pero esta era la primera vez que veia tal gesto de cuidado hacia alguien.

Independientemente de si Ariana era la persona que Oscar queria, sin duda era alguien muy importante para él

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