Capítulo 315

Oscar, mirando a través del espejo retrovisor, observaba a la joven sentada en la parte trasera, luciendo distraida y con un semblante pálido. Se preocupó por si aun no se recuperaba del incidente de la noche anterior

Ariana, que

habia estado ensimismada, tardó un poco en darse cuenta de que el coche de Oscar aún estaba estacionado, sin arrancar. No pudo evitar preguntar “Oscar, ¿por qué no nos vamos?”

Oscar suspiro levemente, aliviado de que finalmente ella volviers en si, y dijo suavemente, “Ven, sientate adelante”

Anana se quedó algo sorprendida, dudó por un momento antes de responder, “No te molestes, Oscar, da igual dónde me siente”

Oscar, con el rostro serio y sin arrancar el coche, simplemente esperaba.

Finalmente, Anana, sin más opción, abrió la puerta y se sentó en el asiento del copiloto

Apenas se abroché el cinturón de seguridad, Oscar dijo. “Primero te llevaré a comer algo. Si realmente hay algo urgente en la oficina, lo discutiremos después.” Ariana preferia evitar estar a solas con él, “Mejor vamos directo a la oficina, Oscar. ¿No tienes cosas importantes que hacer?” El mismo habia mencionado que tenia asuntos urgentes que atender en la oficina.

“Por muy ocupado que esté, hay que comer. Si hay algo tan urgente en la oficina que no puede esperar, llamaré a tu gerente para ver si es que no tienen tiempo ni para una comida, dijo Oscar con seriedad, mientras sacaba su teléfono, listo para llamar bl gerente del proyecto.

Ariana rápidamente intervino, le arrebató el teléfono y dijo, “No hay necesidad de llamar al gerente, fui yo quien no terminó su trabajo.”

Con mayor nerviosismo, Ariana bajó la cabeza, evitando la mirada de Oscar. Sabia que mentir implicaba tener que inventar más mentiras para tener la primera Si hubiese sabido que ambos tenian asuntos pendientes, habria preferido quedarse a comer…

“Entonces, no hay prisa, Oscar dijo, mirando la coronilla de Ariana con una sonrisa suave.

Al dirlo, Anana levantó la vista y rápidamente dijo, “Jeje primero comamos, no hay prisa. De todos modos, ya es hora de comer.” Luego, fingiendo estar calmada, miró hacia adelante y añadió, “Vamos, Oscar, a comer”

Oscar sin ocultar su sonrisa, echó un vistazo a Ariana y finalmente arrancó el coche.

Anana, sentada correctamente en el asiento del copiloto, tardó en darse cuenta de que aún sostenia el teléfono de Oscar en su mano y rápidamente lo coloco de vuelta en su lugar sin que él lo notara

Óscar, mientras conducia, no pudo evitar sonreir al ver su pequeño gesto.

“¿Qué te gustaria comer al mediodia?” preguntó Oscar

“Um ¿qué tal si comemos ramen japonés?” Ariana finalmente se animó al hablar de comida.

“Está bien, ¿dónde está el lugar?” Oscar estuvo de acuerdo, su prioridad es asegurarse de que Ariana no trabajar con el estómago vacío.

“Está cerca de la oficina, ya conozco el camino dijo Ariana entusiasmada, ahora sentada correctamente, empezó a indicarle a Oscar cómo llegar

Pronto llegaron al restaurante de ramen, Oscar encontró estacionamiento y ambos entraron juntos.

El local era pequeño pero auténtico, con un chef japonés al mando, lo que garantizaba la calidad y atrala a muchos clientes.

Ariana, que ya habla visitado el lugar, guio a Oscar hacia unos asientos en la barra. El restaurante, decorado al estilo japonés y adornado con esloganes en japonés, ofrecía una experiencia inmersiva, como si estuvieran en una tipica ramen–ya en las calles de Japón

El dueño, quien hablaba un español no muy fluido, los recibió amablemente y preguntó que deseaban ordenar Ariana pidid la salsa de cerdo, la especialidad de lugar, y Oscar hizo lo mismo, agregando además dos porciones de ramen.

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