Capítulo 454

Debido a la cantidad de equipaje, Rafael manejó un auto y Gerard otro. La familia salió después del desayuno.

Óscar se levantó temprano, mientras Adela todavía se tomaba su tiempo cepillándose los dientes. Vio a su hermano vestido con un conjunto casual negro desayunando. Los padres de Oscar habian salido a hacer ejercicio matutino y no se ocuparon de los hermanos. Adela terminó de arreglarse y bajó al comedor, agarró un pan y empezó a comer.

-Hermano, ¿por qué tan temprano? ¿No hablamos quedado a las 10 en el resort? Todavía es temprano,

Óscar, comiendo una empanada, no le prestó atención. Adela no le dio importancia, simplemente había preguntado por decir algo.

Óscar terminó de desayunar y subió a buscar las maletas, tanto la suya como la de Adela, y las bajó al vestibulo preparándose para ponerlas en el auto. Adela, columplando sus piemas, lo observaba mientras él se movia de un lado a otro, mientras ella disfrutaba de su desayuno tranquilamente. No pudo evitar pensar en lo maravilloso que era tener un hermano mayor, no tenía que hacer nada, se levantaba y el desayuno estaba listo. Adela sentia una profunda felicidad. Pensaba que probablemente no encontraria esposo, ya que con el ejemplo de su hermano, todos los demás parecian quedarse cortos. O no eran tan guapos como su hermano, o no tenían su temperamento, o no sabian ganar dinero como él. En resumen, creía que si no se casaba, sería culpa de su hermano.

Óscar cargo todas las maletas en el maletero del auto y al ver que Adela seguía comiendo, le dijo:

-Adela, apúrate, vámonos.

Dy

Adela, sosteniendo el último bollo en la mano, salió de la casa y vio a su hermano esperando al lado del auto. El sol de verano ya brillaba fuerte a esa hora. Comentó:

-Hermano, no hay prisa, todavía es temprano.

-¿Y si tengo prisa?-Oscar dijo antes de abrir la puerta del conductor y sentarse.

Adela se sobresaltó, tragó el bollo de un bocado.

-Hermano, espera.

Rápidamente volvió a entrar a la casa por su bolso, salió corriendo, abrió la puerta del auto y saltó dentro, todo en un flujo continuo que tomó apenas dos minutos.

Óscar, ya en el asiento del conductor, miró hacia atrás a la puerta de la casa todavía abierta y suspiró ligeramente.

-No cerramos la puerta, no hay nadie en casa.

Adela miró atrás, viendo la puerta de su casa completamente abierta. Sus padres probablemente no volverian tan pronto del ejercicio matutino, y viendo que su hermano estaba a punto de irse, se apresuró y olvidó cerrarla.

-Oh, lo olvidé.

Luego bajó a cerrar la puerta y ambos partieron.

En el auto, Adela encendió la radio y preguntó con curiosidad:

-Hermano, ¿por qué tanta prisa?

-Vamos a recoger a alguien -Óscar respondió de forma concisa.

-¿A quién vamos a recoger? ¿Ari no iba con el auto de Simón?

Adela inclinó la cabeza pensando, si ya no había nadie más a quien debieran recoger, todo estaba organizado.

-Vamos a recoger a Laia, ella viene con nosotros.

Adela, que acababa de sacar un spray protector solar de su bolso y estaba a punto de aplicarlo, se quedó congelada en su lugar al escuchar que iban a recoger a Laia.

¿Qué está pasando? ¿Qué pasó anoche que no me enteré? ¿Cómo es que ahora me dicen que Lala viene con nosotros?

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