Capítulo 460

Simón miró a Adelay a las demás en la piscina con cierta envidia, deseando sumergirse en el agua fresca, Giró la cabeza hacia Oscar y dijo Vamos, Óscar, vamos a nadar.”

“Claro, yo también voy. Primero voy a cambiarme de ropa. Lala expresó su entusiasmo y luego corrió hacia su habitación para ponerse el traje de baño. Simón también fue a su habitación a cambiarse, dejando a Óscar solo en el balcón, observando cómo, sin darse cuenta, esa pequeña niña que solía seguirlo había crecido.

Simón, ya con su traje de baño puesto y el torso desnudo, gritó desde su habitación: “Oscar, ¿vienes o qué? ¿Por qué no te cambias?”

Oscar se giro y volvió de la terraza a la habitación, “No, yo paso. Diviértanse ustedes.”

“Entonces, voy bajando.” Simón salió y bajo las escaleras. Oscar decidió no ir, y como Simón era un extraño, no era correcto esperar a que Laia lo acompañara, así que decidió irse primero.

Un rato después, Laia llegó a tocar la puerta. Óscar la abrió y la encontró vestida con un bikini azul cobalto muy sensual. Oscar se quedó un poco sorprendido al abrir la puerta, frunciendo ligeramente el ceño: “Ve tú, yo no voy a nadar.”

Laia se apoyo en el marco de la puerta, con un tono ligeramente coqueto: “Vamos juntos, no conozco mucho a los demás, me daría pena ir sola. Puedes simplemente quedarte mirando si no quieres nadar

Oscar frundio más el ceño, pensando un momento antes de decir “Està bien, vamos. Luego tomó una toalla del baño: “Cubrete con esto.” Lala, sonriendo, tomó la toalla y se la puso encima. Estaba segura de su figura, con curvas en los lugares correctos y una delgadez envidiable, además de un buen busto. No esperaba que Oscar fuera tan pudoroso. Desde que había abierto la puerta, él habia evitado mirarla directamente, y ahora le ofrecia una toalla para cubrirse. Laia pensó que tal vez él nunca habia tenido una novia

Cuando Oscar y Laia llegaron al borde de la piscina, además de Adela y los demás, Rafael estaba alli con dos niños pequeños, aunque no estaba en el agua sino sentado al lado, vigilando mientras los pequeños jugaban con flotadores.

Simón, al ver que Oscar llegaba con Lala, murmurò: “Pensé que Oscar no iba a venir, parece que solo no queria venir conmigo.”

Ariana, que estaba cerca, oyó su comentario y miró hacia la piscina donde Laia se preparaba para entrar al agua, dejando su toalla a un lado y revelando su figura impresionante. Incluso Ariana, siendo mujer, no pudo evitar mirar discretamente hacia el pecho de Laia, pensando en lo grande que era, y luego miró hacia abajo hacia si misma, sintiéndose repentinamente insegura.

Con cierto resentimiento penso: “Hmph, los hombres siempre prefieren ese tipo…”

Òscar se sentó en una tumbona al lado de la piscina, su mirada involuntariamente seguía a la figura que se movía en el agua, como una sirena, deslizándose de un lado a otro

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