Capitulo 78: Lo que Buscas Es un Reemplazo
Después de que Valentina se fue, el ambiente en el Jardin se volvió extrañamente tenso.
En el quiosco, Santiago, envuelto en una bata de baño, limplaba su cabello mojado con un semblante sombrío, ignorando por completo la presencia de Alonso frente a él.
-Ha pasado mucho tiempo, nunca imaginé que nuestro próximo encuentro sería en estas circunstancias, -dijo Alonso, rompiendo el silencio entre ellos.
Ambos eran figuras prominentes de Guadalajara, pero desde aquel incidente de hacia tres años, parecian evitar deliberadamente cruzarse.
Santiago permaneció impasible, sin dar ninguna señal de haber escuchado el comentario nostálgico de Alonso.
Este último, con una sonrisa tenue, no quitaba los ojos de Santiago, como si no quisiera perderse
ninguna de sus reacciones.
-¿Aceptaste ser jurado especial por Valentina?
En ese momento, una leve arruga apareció en la frente de Santiago.
-Hacer que el concurso camble de ubicación a último momento también fue por ella. ¿verdad?
afirmó Alonso con convicción.
-Recuerdo que la presentadora dijo ese día que el diseño de anillos de Valentina había sido entregado por alguien, pero después de revisar las cámaras de seguridad, no vi a nadle sospechoso. Fuiste tú, ¿no es así?
Alonso había tenido sus dudas, pero le costaba creerlo. Después de todo, ¿cómo podría el distinguido señor Mendoza hacer algo así por una mujer? La única explicación era…
La mirada suave de Alonso se endureció repentinamente.
-¿Te interesaste en Valentina?
Santiago seguia como si no hubiera oido nada, Ignorándolo por completo. Pero esta vez, Alonso
se irritó.
Sus ojos, siempre serenos, se entrecerraron.
-¿Te gustó Valentina por sus ojos?
Mientras tanto. Valentina, que acababa de regresar con una máscara en la mano, escuchó su
+15 BONOS
¿Interés en ella? ¿Sus ojos?
No habla entendido del todo cuando escuchó a Alonso continuar.
-¡Los ojos de Valentina si se parecen mucho a los de Lucy! Si lo que buscas es un reemplazo, te deseo lo mejor, pero la única que puedes amar es a Lucy.
Habia una advertencia en su tono.
Las largas pestañas de Valentina temblaron.
Lucy… ¿La hermana de Alonso?
Recordó que la última vez, fuera del restaurante, señor Valenzuela le había dicho que sus ojos se
parecían a los de su hermana.
Al unir todas las piezas, Valentina finalmente entendió. ¡El interés que señor Mendoza mostraba
hacia ella era debido a esta mujer llamada Lucy!
Y él habia mencionado algo sobre un doble…
+
Valentina frunció el ceño, ¡ella despreciaba ser el reemplazo de alguien!
Entonces, decidió que debía buscar una oportunidad para hablar claro con el señor Mendoza.
En el quiosco, dos hombres aún estaban en un tenso enfrentamiento.
En medio de una atmósfera extraña, la voz de Santiago irrumpió repentinamente.
-¡A quién amo no es asunto tuyo!
A pesar de la distancia, Valentina podía sentir la intensidad que emanaba del señor Mendoza.
Por un instante, le pareció que la voz del señor Mendoza era extraña.
No sonaba como la voz del «señor Mendoza», pero le resultaba inquietantemente familiar.
Valentina miró hacia el quiosco, pero solo podía ver la figura borrosa del señor Mendoza de
espaldas.
Mientras intentaba entender de dónde venía esa «familiaridad», en el quiosco, Alonso de repente avanzó y agarró por el cuello a Santiago, su puño cerrado golpeó con fuerza a Santiago.
El puño impactó duramente en el rostro de Santiago.
Ay… Valentina lanzó un grito ahogado.
+15 BONOS
Al instante siguiente, en su campo de visión, el señor Mendoza también levantó su puño y golpeó en el rostro del señor Valenzuela.
-¡Sss…!
Solo de mirar, Valentina podia sentir el dolor.
Los dos parecían haber perdido el control, Santiago se quitó la toalla y Alonso se deshizo de su chaqueta de traje. En el quiosco, intercambiaron puñetazos y patadas.
Al final, ambos yacian en el suelo, con las piernas enredadas alrededor del cuello del otro,
ninguno dispuesto a ceder.
Valentina observaba boquiabierta: ¿Asi peleaban siempre los magnates?
No parecía una pelea entre enemigos, sino más bien entre dos buenos amigos que habían tenido
un malentendido.
Después de la pelea, tanto Alonso como Santiago se sentían increíblemente aliviados.
De repente, los dos se soltaron y se tumbaron en el suelo uno al lado del otro, como solian
hacerlo.
-Santiago, no te
tomes en serio a Valentina. Tu corazón siempre le pertenecerá a Lucy, eso es lo que le debes, ¡y debes pagarle con toda una vida! -Alonso de repente habló con un tono grave y
serio.
En la mente de Santiago pasaron innumerables momentos con Valentina.
¡Parecia que ya se lo estaba tomando en serio con Valentina!
Pero frente a Alonso, incluso si fue su mejor amigo, ya no estaba dispuesto a revelar sus
verdaderos sentimientos.
-Lo mio con Valentina… fue solo un capricho…
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