Capítulo105

-¿Me escucharon? ¡Esta mujer me hizo disculparme con el camarero! Jajaja… ¿Estás loca?

Leona casi se murió de risa, y sus dos “amigas falsas” detrás de ella también se reían.

-Leona fue a gastar dinero en su hotel, se le rompió el collar y el servicio era malo, ¿no puede

reprochar un poco?

-¡Exactamente! ¿Cómo te atreves a venir aquí y hacer que Leona se disculpe? ¿Acaso eres la dueña

del hotel? ¿Aún no has terminado?

Aarón entrecerró los ojos y pensó que si estas dos tontas supieran que todos los hoteles KS del

país pertenecían a la mujer frente a ellos, probablemente se asustarían y se arrpentirían de decir

esto.

-No tienes miedo de que esto afecte la imagen del grupo que tu hermano mayor ha estado

trabajando arduamente para mantener? ¿No temes avergonzar a la familia Hernández? -Dijo Clara

con calma, mirándola.

-Hmmm, no intentes asustarme. No soy la resposable del grupo, no me importa. 1

Leona, rodó sus ojos y dijo: -Además, como presidente del grupo, deberías preocuparte por la

familia Hernández, asumir todos los riesgos de la empresa y encargarte de estos asuntos. ¿Si no,

para qué se le asignó a este cargo importante? Si papá te nombró como presidente, debería

mostrar algún logro para que todos lo vean, ¿no crees? 1

Los camareros que estaban cerca quedaron sorprendidos por sus palabras.

Clara no pudo evitar reírse con desprecio.

Esta familia aparentaba ser armoniosa, pero en realidad se aprovechaban mutuamente y todos

tenían sus propias intenciones ocultas.

Leona en el fondo despreciaba a Alejandro. Para ella y su madre, este “hijo ilegítimo” era

simplemente una herramienta para arreglar sus problemas. Fingían ser amables en público, pero

en secreto sentían un profundo desprecio sobre Alejandro.

Cuando se casó con Alejandro, Irene ya había descubierto las verdaderas intenciones de esta

familia hipócrita. Si no fuera por su amor ciego hacia aquel hombre en el pasado, no podría haber

soportado ni un solo día en esta familia que parecía rica y poderosa por fuera, pero que

estaba

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-Señorita Leona, incluso si no considera el prestigio de la familia Hernández, debería considerar

su propio prestigio, ¿no?

-No trates de asustarme con tus palabras. Déjame decirte, Clara, no creas que tengo miedo de ti solo porque tienes el respaldo del Señor Pérez. ¡La familia Hernández no es débil! 2

Leona se colocó las manos en las caderas, luciendo como una mujer revoltosa. -¿Dónde están los guardias de seguridad? ¡Que saquen a esta puta de aquí! ¡Esta mujer está bajando la clase de

nuestra boutique!

Dos guardias de seguridad recibieron la orden y se abalanzaron hacia Clara, listos para agarrarla.

Clara permaneció imperturbable, sentada con calma como una montaña, mientras que Aarón

frunció el ceño. Con dos patadas, expulsó a los guardias de seguridad por los aires.

Leona se asustó y gritó, pero los camareros que la rodeaban se volvieron emocionados, con las caras enrojecidas. ¡Era increíblemente guapo! ¡Podrían agregar al chico a su lista de contactos en

WhatsApp!

-Dado que no podemos comuincarnos con señorita Leona con tranquilidad, tendré que adoptar

una actitud negociadora.

Clara, levantando su teléfono y haciendo un gesto a Leona.–Ven aquí, te mostraré algo interesante.

Leona no se atrevió a mostrar miedo frente a tanta gente, así que, con valentía, se acercó a esa

mujer que le ponía los pelos de punta con su sonrisa.

Se acercó a la pantalla del teléfono y de inmediato sus pupilas se abrieron de par en par, llena de

asombro, ira y vergüenza.

Clara, con calma, deslizó una foto tras otra para que Leona las viera. (1)

Leona pensó.–¿Qué está pasando? ¡Les había pedido que eliminaran las fotos, pero no lo hicieron…!

Clara dejó de mostrarle las fotos y guardó el teléfono con calma. -Mis demandas son simples: te

disculpas públicamente y borraré todas estas fotos sin dejar rastro. Si te aferras a tu postura, sabes

muy bien lo que haré.

Leona estaba tan furiosa que sus labios temblaban y sentía un pánico creciente en su interior.

Su madre, Ema, la había criado en un ambiente de lujo desde que era pequeña, todo con el objetivo

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fotos salían a la luz, su reputación quedaría arruinada y el señorito Rodríguez nunca la valorará.

Al pensar en esto, la ira se convirtió en audacia y Leona extendió la mano para robar el móvil.

Clara levantó una ceja y se esquivó hábilmente.

Leona cayó torpemente sobre el sofá, fallando en su intento. Sus ojos se enrojecieron de rabia y, sin

importarle nada, levantó la mano para abofetear a Clara.

¡Pah!

El sonido nítido de la bofetada resonó en la sala, haciendo que todos se sobresaltaran.

Clara mostraba una mirada tan fría que casi helaba hasta los huesos a todos. Con una fuerza

impactante, le devolvió la bofetada a Leona de inmediato, haciéndola caer al suelo.

-¡Ah!

En el rostro delicada de Leona aparecían cinco huellas rojas.

Todo esto sucedió en un abrir y cerrar de ojos, tan rápido que era difícil de seguir.

Aarón la admiró a señorita en su corazón. ¡Atreverse a golpear a la señorita, Leona defenitivamente

no quirere vivir!

Las dos amigas falsas de Leona que antes pretendían apoyarla se asustaron tanto que se pusieron

pálidas y retrocedieron, temerosas de que se les causara problema.

-¿Tú… tú te atreves a golpearme? ¡¿Cómo te atreves a golpearme?! Leona miraba atónita el rostro

frío de Clara, sintiendo que su rostro estaba entumecido por el dolor.

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