Capítulo428

-Noa, ¿cómo se te ocurre dejar caer los palillos mientras comes con el abuelo? ¡Realmente no entiendes las normas! – Ema regañó a Noa con severidad.

-Bueno, no regañes a la niña-naturalmente Fernando defendió a Noa, él realmente la quería

mucho.

Ema apretó con fuerza la mano bajo la mesa, al final, ante este anciano, ¡todo lo que hacía estaba

mal!

-Abuelo, papá, mamá, he terminado de comer-dijo Noa con las mejillas ardiendo de vergüenza, bajando la cabeza y mordiendo sus labios con fuerza antes de retirarse rápidamente de la mesa.

Alejandro observó la figura esbelta de su hermana menor mientras se alejaba, su mirada profunda

y perdida en sus pensamientos.

En este momento, la satisfacción en el corazón de Leona era evidente.

Noa, si hubieras sido una chica tranquila y sin impacto en casa, no tendrías que haber pasado por

esta humillación.

Es una lástima que te hayas creído demasiado, te has involucrado con el hombre que me gusta, y ahora solo puedo mostrarte con acciones quién es la joya en las manos de papá y mamá, quién es

la mujer que está a la altura de Rodrigo.

-¿Cómo puede ser Rodrigo? -Fernando parpadeó, intrigado de repente, -¿No le gusta a Rodrigo

Irene?

Alejandro estaba tomando un sorbo de café, y la palabra del abuelo le provocó una oleada de enojo

en el pecho. Tosió dos veces con fuerza, casi atragantándose.

El hombre apretó con fuerza la taza de café, su rostro elegante estaba sombrio y oscuro.

-¡Abuelo, Rodrigo no podría estar interesado en Clara! -Leona estaba enfurecida, su rostro

enrojecido.

-¿No le gusta Irene? Aunque tengo ochenta años, todavía tengo ojos y oídos agudos. En mi anterior cumpleaños, en la fiesta, vi cómo Rodrigo cuidaba a Irene. Siempre estaba pendiente de ella. Si

terminan casándose, segúramente serán muy felices.

Mientras hablaba, los ojos astutos de Fernando se desviaron hacia Alejandro, cuya expresión

tiene un buen linaje y es adecuada para Irene. Lo más importante es que Rodrigo trata muy bien a Irene. Si Irene y Rodrigo terminan juntos, seguramente serán mucho más felices que antes.

La taza en la mano de Alejandro casi se rompe debido a la presión que ejercia.

El abuelo seguia burlándose de él, burlándose de cómo había tratado a Irene antes. Además, Rodrigo tenía muchas mujeres a su alrededor, habia estado teniendo relaciones con mujeres desde los dieciséis años. ¿El abuelo estaba diciendo que era adecuado para Clara?

-¡Abuelo! ¿Soy tu nieta o Clara lo es? – Leona estaba tan enfadada que casi lloraba, -¡Ahora soy yo a quien le gusta Rodrigo, no ella, Clara! ¿No deberías estar contento por mí? ¿Por qué estás

emparejando a Rodrigo con ella?

-Te gusta Rodrigo, pero ¿Rodrigo te gusta a ti? – Fernando la miró seriamente.

Los ojos de Leona se encogieron, se quedó sin palabras por un momento.

-En la fiesta de cumpleaños, cómo trató Rodrigo a tu abuelo fue evidente para todos. ¿Ustedes dos no se dirigieron la palabra en toda la noche, ¿verdad? Rodrigo ni siquiera te miró, ¿verdad? – Los

dientes de Leona estaban apretados, abrumada por la vergüenza y la ira.

Pero lo que el abuelo dijo era la verdad, ¡no podía refutarlo!

-Nuestra hija de la familia no necesita entrar en un matrimonio por motivos comerciales, pero tampoco debe someterse a casarse con alguien que no la ama-Fernando obviamente no estaba a favor de este matrimonio, sacudió la cabeza, -Además, ustedes dos no son compatibles en personalidad. Rodrigo tiene un temperamento explosivo, si te casas con él, estarian peleando todo

el tiempo.

-¡Abuelo! – Los ojos de Leona se pusieron rojos y estaba a punto de llorar.

-Papá, ¿cómo puedes hacer que Leona, una niña, responda a este tipo de asuntos? Las chicas tienen su orgullo-Enrique intervino para defender a su hija, riendo, -Rodrigo tampoco es

indiferente hacia Leona. Ese día, vino especialmente a casa para hablar con Leona. En ese

momento, Ema y yo estábamos en casa, lo vimos con nuestros propios ojos.

Leona recordó las palabras que Rodrigo le dijo aquel día, su corazón se apretó y sus ojos giraron en

sus órbitas.

Sabia que Rodrigo la despreciaba profundamente, pero ¿qué importaba?

Mientras uniera a toda su familia para casarse con él, convirtiéndose en la señora Rodríguez de la familia, podría ganarse su corazón con el tiempo. Estaba segura de que la amaría y caería rendido

ante su encanto.

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