Ni en la muerte
Capítulo 17

Capítulo 17 Dame unos minutos para explicarme

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Armando vio que ella seguía allí de pie y que incluso sabía el nombre de Eva, y no pudo evitar soltar un…. bufido:

-¿Y eso qué tiene que ver contigo? Parece que conoces muy bieri a la gente que me rodea ch.

Su tono de voz era denigrante, pero Clotilde no tenia tiempo para discutir con él. Saltó por encima del auto y corrió hacia los apartamentos: isalvar la vida de alguien era más importante! Tardó un rato en encontrar el bloque correcto y subir las escaleras. Consiguió encontrar el piso de Eva, llamó a la puerta y no hubo respuesta.

No puede ser que no haya nadie, pensó. Estaba segura de que Eva había muerto en su propia casa. De repente recordó que las noticias también habian mostrado fotos del lugar donde murió. La habían matado en un espacio muy pequeño, así que era posible que hubiera una habitación secreta en casa de Eva.

Eva era la secretaria jefe de una multinacional y no era seguro dejar documentos por ahí en su casa, asi que tenia sentido que tuviera una especie de habitación secreta para ese fin. Cuando Clotilde pensó en esto, se tranquilizó porque sabia que el asesino podria estar mirándola ahora mismo desde detrás de la puerta.

-Cain, sé que estás dentro. Su voz no era muy alta y esta puerta estaba bastante insonorizada, pero él debería haberla escuchado.

Clotilde no era capaz de abrir la pesada puerta que estaba bloqueada electrónicamente, asi que la única manera era conseguir que alguien la abriera desde dentro. No se oia nada desde dentro, pero Clotilde no se inquieto y continuó con calma:

-La policia ya ha rodeado tu casa y ha encontrado la cabeza que escondiste en la pared. Fui yo quien llamó a la policía y te he estado siguiendo. Así que ahora estoy muy segura de que estás dentro, ¿estás seguro de que no quieres dejarme entrar?

Ella sacó su teléfono que en realidad no estaba encendido, y dijo:

-He venido sola y sólo quiero hablar contigo frente a frente. ¿O de verdad quieres que llame a la policia?

-Se oyó un suave chasquido cuando la puerta se desbloqueo y se abrió.

sintió

El corazón de Clotilde empezó a latir con fuerza. Empujó la puerta hasta el fondo y vio que el portal estaba completamente vacio. Respiró hondo y continuo caminando. Al cabo de unos pasos,

que algo no iba bien. De inmediato se dio la vuelta, pero una figura sombría bajó de repente de algún lugar y se abalanzó sobre ella con un cuchillo. Esta persona se había mantenido suspendida sobre la puerta con la ayuda de las estrechas paredes del portal, le iba a matarla sin dejarla decir nada!

Clotilde no tuvo tiempo de analizar la situación y sólo pudo usar el codo para bloquear el ataque. Estaba mentalmente preparada para ser herida, ipero también para devolver el ataque multiplicado por diez! Pero no llegó a sentir el dolor que habia previsto, porque alguien entró y la sacó del peligro en un instante. Entonces, otra persona entró corriendo y patró a Cain hasta tirarlo al suelo.

¡Clang!

El cuchillo de cocina ensangrentado cayó al suelo. Cain no esperaba que Clotilde no hubiera venido sola. Rápido se puso en pie e intentó agarrar a alguien para retenerlo como rehén, pero no era rival para ese guardaespaldas profesional de alto nivel. Con unos pocos movimientos, el guardaespaldas había apretado a Cain contra el suelo y le preguntó preocupado:

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-ISeñor Armando! ¿Se encuentra bien? Se ha hecho daño.

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Clotilde miró atónita a Armando. Pensaba que ya se habia marchado, ¿por qué estaba ahí? Y lo que era más importante, ¿por qué la había salvado?

Armando frunció el ceño y la apartó, diciendo con cierta irritación en la voz;

-Estoy bien.

Luego dirigió su atención al hombre en el suelo y exigió una respuesta de Cain:

-¿Por qué buscas a Eva? -A Armando se le ocurrieron un millón de terribles razones por las que aquel hombre podría haber querido atacar a su secretaria y le dirigió una mirada asesina.

En ese momento, Cain aún no se había convertido en el asesino en serie de sangre fría que había matado a más de diez victimas en su vida anterior, así que estaba aterrorizado por la mirada de Armando y tartamudeó en respuesta:

-Ella… es del mismo pueblo que yo, pero ahora tiene tanto éxito y finge no conocerme…

Armando no había pensado que la razón fuera tan sencilla.

¡Qué pérdida de tiempo!..

-¡Mándalo directamente a la policia! ¡Y llama a una ambulancia!

Entendido, Señor Armando!

Clotilde nunca habia imaginado que la sangrienta batalla que estaba dispuesta a librar se resolviera con tanta facilidad gracias a la intromisión de Armando. Se le había ido el color de la cara, pero Armando había ido a buscar a Eva a la habitación. Había una habitación secreta en la casa, como Clotilde habia pensado, y Eva estaba dentro. Pero tenía la cara pálida y estaba inconsciente.

Armando entrecerró los ojos.

-Si hoy no hubiera seguido a Clotilde escaleras arriba, mañana habrían encontrado a Eva muerta aquí. ¿Qué relación tenia Clotilde con Eva? ¿Por qué sabía quien era el asesino? Además, ¿cómo se había convertido en una persona tan diferente?.

Se dijo a sí mismo que no sentia curiosidad por ella, pero temia que ese cambio pudiera herir a su madre, ly eso era un crimen imperdonable! Clotilde se acercó también y vio que Eva seguia viva, y respiró aliviada. Miró a Armando y vio que su herida seguia sangrando, así que dudó antes de decir:

-Ayudaré a vendarte la herida…

-No hace falta. Se dijo que la habia salvado antes porque un hombre no debe permitir que una mujer salga herida y se atenía a ese principio, ino porque hubiera cambiado de opinión sobre esa mujer!

Clotilde se burló de repente de si misma, con el corazón amargado y pensando que debía de estar loca por preocuparse de si Armando estaba vivo o muerto. La policia no tardó en llegar, y como se trataba de su empleada, Armando también tuvo que ir a comisaría. Con el cerca, Clotilde fue tratada bien. Cuando vio a Valentin, le devolvió la cartera

Valentín dudó y luego preguntó con sentimientos encontrados:

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-¿De verdad no tienes nada que ver con este caso? -El seguía pensando que ella debía estar relacionada de algún modo, de lo contrario, ¿cómo podría haber encontrado al asesino tan rápido?

Clotilde se rio con amargura y replicó:

-Preguntame otra vez cuando ya no tengas prejuicios contra mi.

Valentín frunció el ceño y dijo en voz alta:

-No tengo prejuicios, es una suposición lógica.

¿Una suposición lógica?».

A Clotilde le hizo gracia, se acercó lentamente a él y le dijo en voz baja:

-Entonces, ¿por qué no interrogas primero al asesino y luego me pregunta a mi, ich? ¡Oficial Lozano! Después de eso se dirigió a la sala al final del pasillo para que le tomaran declaración, y Armando ya estaba dentro.

y se

El agente subalterno que les tomaba declaración no tenia ni idea de que tenía a un pez gordo en la excusó para atender una llamada telefónica, luego dijo con timidez que tenía que ocuparse de otra cosa y que un colega vendria a sustituirlo. Armando frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir nada, Clotilde tomó la palabra:

-Claro, adelante, haga lo que tenga que hacer.

El oficial se disculpó de nuevo antes de salir y cerró la puerta tras de si, dejando la habitación con sólo Armando y Clotilde dentro. El aire estaba muy tenso, dificultando la respiración.

El brazo de Armando ya estaba vendado, y no estaba muy dispuesto a permanecer en la misma habitación con Clotilde, y mucho menos a esperar alli con torpeza. Asi que se levantó para volver al despacho. Al fin y al cabo, si no queria declarar, nadie se atreveria a obligarle.

-Espere, Señor Armando–lo llamó de repente Clotilde.

A pesar de que hacia unos instantes estaba tan empeñado en marcharse, se detuvo en la puerta con la espalda aún de cara a Clotilde.

-Sé que me odia. Pero, por favor, dame unos minutos para decirte unas palabras, y te prometo que, cuando todo se haya aclarado, no volveré a molestarte.