CAPÍTULO 29

TE SACARÉ DE AQUÍ.

-Señor… aquí está la criada…

Hakim se giró en el momento observando como aquella mujer que solo había visto un par de veces, entraba

con miedo.

-Déjanos solos, Mahir… por favor sigue en lo tuyo.

Mahir asintió y cerró la puerta, dejando una orden para que nadie interrumpiera.

-Acércate. Laya caminó de forma lenta y se detuvo cuando el rey levantó la palma-. ¿Desde hace cuánto conoces a Rania? Porque no eras precisamente su criada antes…

Laya abrió la boca, pero no sabía exactamente qué decir.

-La conozco desde… antes yo era la criada de mi difunta señora Zahida… -Hakim frunció el ceño.

-¿La esposa de mi hijo? -Laya asintió muchas veces.

-Sí, señor… una vez estaba recorriendo los pasillos desconsolada por la muerte de mi señora, cuando me

topé con su esposa… la señora Rania.

Hakim parecía dudar, el que se topara en un pasillo, no era costumbre de Rania.

-Las investigaciones dicen que nunca fuiste a la cocina ella negó.

-Lo dije, mi señora Rania dice la verdad… hay personal para cada área y no podemos pasar de nuestros

límites… nunca me vieron en la cocina, y la señora Rania, menos creo que está cometiendo un gravísimo

error, mi señor…

Laya hizo una enorme reverencia y Hakim suspiró.

-Sé que no hiciste nada… -ella levantó la cabeza de golpe con impresión-. No te mande llamar para culparte, Omar irá a la habitación de mi madre, y necesito de alguien que vele por él, noche y día…..

Laya se agitó.

-Daría mi vida por el príncipe Omar… no dejaré que nada le pase.

-Serás recompensada por eso… -ella sonrió, pero pronto se le desvaneció el gesto.

-Disculpeme que me entrometa. ¿Qué pasará con mi señora Rania? -Hakim apretó la mandíbula, y luego

negó

-No es momento para ello… Mahir la llevará a sus oficios. No hable con nadie ni comente sobre nuestro encuentro. Usted solo me dará información a mí, acerca de Omar. Y no hay oportunidades esta vez de nada…

Laya asintió totalmente agitada, se giró mientras una sonrisa se dibujó en su boca. Pero antes de que

pudiera abrir la puerta para salir, ella se giró a mirar al rey.

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-Gracias, señor… que Alá lo bendiga…

Hakim asintió y luego de que la puerta se cerrara soltó el aire. Restregó sus ojos mientras Mahir entraba a darle más informaciones, entretanto se acercaban más a los hechos.

Y por supuesto no iba a publicarlos, no hasta que tuviera toda la verdad en sus manos.

Rania estaba sentada mirando a la nada mientras negaba.

<<¿Había renacido para qué? ¿Este era su propósito de vida? ¡¿vivir en la tragedia?! Encerrada en la cárcel, y alejada de un bebé que tampoco era suyo». Sin embargo, no era solo eso lo que le dolía. Estaba extrañando demasiado el calor de su niño, y sobre todo esa promesa incumplida que se vio derrumbada a la primera.

Rania apretó los dientes. Debía haber una forma de salir de esta situación, y metida en sus pensamientos, ella pudo escuchar un susurro.

-Rania muy bajito, y ella frunció el ceño observando hacia todas partes.

Solo pudo notar que un guardia se movió nervioso, y luego le dio un aviso a alguien que entró con una

capucha.

Ella se levantó rápidamente pegándose a la pared, y un poco de luz iluminó su rostro.

-Hola. ¿Te han tratado mal? -su corazón se aceleró cuando escuchó esa voz.

Sobre todo, como si tuviese mucha cercanía con ella.

-¿Samir? -él asintió mirando al guardia cuando ella preguntó.

-Señor debe apresurarse…

-Cinco minutos…

-Está bien, iré a vigilar…

Rania estaba agitada.

“¿Qué hacía este hombre aquí?>>

-Nunca voy a dejar mi palabra sobre la nada.. lo prometí… pero tú también debes cumplir tu parte…. Rania abrió los ojos desmesuradamente.

-¿De qué…?–pero se frenó de golpe.

Este hombre debió tener nexos con la Rania del pasado, y ella se quedó quieta.

Su mandíbula tembló un poco y se giró.

-Si lo ven aquí…

-No pienses en ello… tengo cinco minutos. Todo el palacio está ocupado. Es la hora perfecta para venir– él se acercó un poco, pero Rania se separó-. Sé que debes tener tus dudas… pero ya he tranquilizado a tu madre, no voy a retroceder… vas a salir de aquí.

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Rania no sabía qué decir, cualquier cosa en su ignorancia podía hacerla fallar frente a lo que sea que este

hombre tuviera en mente.

En ese momento se sintió frágil, incluso tuvo compasión del mismo Hakim, esta mujer anterior era una verdadera bruja, y no se merecía su amor.

-¿Qué harás?

-Debes tenerme paciencia… mi padre está raro. A pesar de que te envió aquí, está haciendo una

investigación exhaustiva, incluso siguen mis pasos. Y debo tener mucho cuidado Rania… Debes aguantar algunas semanas, tal vez un mes… yo…

Rania se pegó más a la pared.

-¿Tú…? ¿Vas a sacarme de aquí? -Samir se pegó a las rejas.

-Lo juro la boca de Rania tembló mucho.

-¿Vas a hacer algo en contra del rey? -el ceño de Samir se frunció y ella supo que la había fregado.

-¿Por qué estás extraña? No entiendo el por qué tus preguntas. ¿Es por Adilá?

Rania pasó un trago duro y negó. Él estiró su mano, y ella observó su palma. Dejó su mano en la suya sintiendo una repulsión horrible, y Samir besó su dorso.

-Las cosas van a cambiar mucho, lo juro, solo ten paciencia. Mucha paciencia.

Rania asintió lento, y luego el guardia vino corriendo.

-Señor, debe irse…

-Bien…

Samir le dio una última mirada como si le asegurara algo, y Rania soltó un suspiro, sintiendo cómo el aire le quemaba los pulmones.

Este hombre tenía un plan oscuro debajo de sus mangas, y ella tenía que saber qué era exactamente lo que

quería.

Hakim la había encerrado aquí, pero ella se estaba dando cuenta, que incluso la misma Rania, merecía todo

esto…

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