CAPÍTULO 30

MI REINA.

Rania se recostó en la fría pared de la celda, contemplando los últimos momentos en su mente y ella supo que debía aprovechar la próxima vez que Samir viniera, eso sin antes alertar a Hakim sobre esta situación.

Ella se despertó por la mañana, no viendo a ningún guardia cerca, y toqueteó la reja con uno de sus anillos.

guardias! -Ella pegó la cabeza a las rejas y vio la bandeja con su comida matutina, pero lo que menos quería, era comer.

-¡Guardias

-Rania levantó la cabeza de golpe, y’realmente le sorprendió su visita.

-Señora Zulema

La mujer respiró un poco mirando hacia los alrededores.

-Omar está con tu criada… -Rania abrió los ojos en la impresión, y sin poder ocultarlo, las lágrimas cayeron

por sus mejillas. Sin embargo, las limpió de inmediato.

-¿Está mejor? ¿Se ha recuperado?

Zulema asintió.

-Está en mi habitación, tu criada, Laya, no se le despega en ningún momento.

A Rania la invadió un sollozo, y apretó su rostro como si en.medio de la asfixia hubiese salido a la superficie.

-Gracias a Alá… estando con usted es intocable-ella se acercó a las rejas-. Por favor, no deje que nadie

lo visite ni lo vea… él corre peligro aquí…

Zulema achicó los ojos enseguida, y notó su gran preocupación.

-Sé el desespero que una madre debe tener por su hijo. Omar tiene un mes, y es notable que estaba muy

pegado a ti…

Ella asintió volviendo a limpiar sus lágrimas.

-Ahora estoy muy tranquila, y le agradezco que esté con Omar…

-Es orden de Hakim…

Rania cerró la boca. No entendía muy bien los pasos de Hakim ahora, pero no los iba a refutar con su madre. Ella era la única persona cuerda en este palacio.

Zulema se giró como para irse y Rania se apresuró a decir.

-Por favor… repítale a Omar que lo amo… que es mi pequeño, que volveré por él…

Zulema la miró fijamente y asintió.

-A veces Hakim actúa de forma extraña, pero es un rey justo el mejor hombre que he conocido.

Zulema siguió su camino, y Rania finalmente se sentó en la cama, haciendo un puchero con su boca.

-Sin duda alguna el mejor que yo también conocí… solo que la vida le mostró primero a esta mujer mala… y ahora él no confía en mí… ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Cuál es mi propósito aquí? -ella miró al techo, y luego su comida.

Su apetito estaba en cero y después de todo un día de merodear de aquí para allá se rindió en medio de la noche, teniendo algunas pesadillas.

**

Hakim se despertó en medio de la madrugada mientras que le pareció escuchar un grito. Se sentó en su cama tratando de acompasar la respiración, y se levantó para colocarse un abrigo encima.

Caminó por los pasillos en plena madrugada y miró su reloj. Eran las cuatro de la mañana, y ya tenía días con la zozobra en su cabeza.

Caminó hasta llegar a las habitaciones que juntaban la de su hijo con la de su madre, y los guardias le aseguraron que todo estaba bajo control.

Notó como Laya dormía con su bebé, ella tenía una mano sobre su barriga, y ambos dormían plácidamente. Había sido una idea del mismo Mahir, ya que Omar había llorado día y noche desde que su madre no estaba

con él.

Rania.

Sentía la necesidad de ella en cada momento, pero también estaba convencido de que debía darle tiempo.

Soltando un suspiro se fue hacia las zonas de retención y le hizo una seña al guardia de turno para que no se moviera. Todas las noches venía a verla dormir. Ella parecía demasiado inocente en esa pose, y siempre podía ver sus lágrimas en las mejillas.

Ya habían pasado tres semanas desde su encierro, y estaba seguro de que más que ella, él sufría estas consecuencias de tenerla en este estado.

Si tan solo Rania hubiese sido desde el inicio como las últimas semanas, o desde que Omar llegó al mundo, él no hubiese dudado un solo momento y ella no hubiese tenido que venir aquí.

No lo podía ocultar, había hecho méritos suficientes, y uno de los que más le ardía cada día, era recordar ese momento donde la vio hablando muy bajo con su hijo Samir en la biblioteca.

Aún no podía quitarse eso del alma.

Él se acercó todo lo que pudo, y extendió su mano a punto de tocar sus mejillas, pero las quitó rápidamente cuando ella se removió.

-Solo un momento más… lo prometo -Hakim salió de la zona de retención y se encaminó nuevamente a su habitación, en dos días tenía una reunión muy importante y quería tener el asunto resuelto en el palacio.

Y aunque llegó a su cama, se le hizo muy difícil dormir nuevamente.

+15 BONOS

Rania abrió los ojos, ella podía jurar que Hakim había estado aquí cuando miró hacia los lados en medio de la oscuridad la madrugada, se sentía empapada en sudor, y quiso borrar la pesadilla que había tenido en toda

la noche.

La mañana siguiente había pedido hablar con el rey, pero Mahir le había informado que había salido del palacio, y cuando volvió a caer la noche, Rania sentía la desesperación que le quitó totalmente el sueño.

-Por favor, sea rápido ella escuchó los susurros, y se pegó a la pared cuando de nuevo vio es capucha.

Sin embargo, esa sonrisa que tanto odiaba, era lo que menos quería ver. Pero tenía que ser inteligente esta

vez.

-Samir…

-Rania…-él se acercó a las rejas-. Falta poco…….

Ella asintió rápido. Quería saber todo, se lo diría a Hakim con prontitud…

-¿Cuándo? Quiero decir…

-¿Cuándo será? -ella asintió-. No puedo decirte el día… y no porque no confié en ti querida, últimamente he visto mucho acercamiento para con mi padre…

Rania negó, y se atrevió a tomar sus manos por las rejas.

-Tengo a su hijo.

-Eso no importa yaYo tomaré su lugar.

A Rania se le hizo un nudo en la garganta.

-¿Qué pasará con Adilá?

-Lo hemos hablado mucho, ella tendrá que aceptarlo… ¿Tú podrás acostumbrarte a mí? -Rania apretó los

dientes.

Por sus ojos, sabía que estos dos tenían un trato, pero de seguro Rania solo lo había tanteado, estaba convencida de que Samir esperaba algo final de ella.

-¿Literalmente estamos hablando de derrocar a tu padre definitivamente? -Samir sonrió.

-Algo así… ella asintió.

-Entonces seré una de tus esposas… -Samir se rio por lo bajo.

-Tú no aceptarías algo así… -y ella lo entendió todo.

Alzó su rostro y fingió.

-Por supuestoseré la reina de Omán… -Samir tomó su mano y besó su dorso.

-Desde el momento en que apareciste en el palacio, Rania, quedé cautivado por tu belleza… realmente nunca pensé que podría tener tu atención, y he sido muy paciente contigo… sé que te prometí que en el momento en que pusiera una corona en tu cabeza, cederías a mí, pero quiero tanto besarte…

3/4

Rania se asqueó en el momento, y se retiró por inercia.

-La espera pasó un trago-. La espera valdrá la pena, Samir.. ¿Estás seguro de que derrocarás a Hakim?

-Muy seguro hay un plan, un día, y te lo aseguro Rania, todo esto será nuestroYo seré, Samir… el rey de Omán… y tú, cariño, gobernarás a mi lado por mucho tiempo… (2)

Rania quería salir corriendo y gritarlo a los cuatro vientos, pero ella no podía cometer los mismos errores, y después de que Sahir se diera la vuelta y se fuera, ella intentaría, por todos los medios, alertar al rey…

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